Ideólogos de la emancipación peruana

LOS IDEOLOGOS DE LA EMANCIPACION PERUANA 53 Igualmente la Monarquía Española solicita de los Americanos Planes e Informaciones sobre los problemas del continente. En 1814, cumplien– do órdenes de S. M., Baquíjano y Carrillo presenta al duque de San Carlos, primer secretario de Estado, un dictamen sobre el "estado de las provin– cias de América, el origen de sus alteraciones, el progresivo aumento de esas inquietudes, los extraviados arbitrios que se han adoptado para tran– quilizarlas, los agravios de que se quejan aquellos naturales y los medios oportunos de disiparlos; deduciendo por estos datos ser fácil restituir a la tranquilidad y reunion de la Madre Patria esos distantes vasallos" 24 • El dictámen de Baquíjano no sólo verifica su postura ideológica no separatista sino que interpreta y explica los acontecimientos que se han venido sucediendo en América desde esta misma perspectiva. Y es que para nuestro autor los sentimientos locales de Patria estaban enraizados con la metrópoli por la religión, el idioma, el carácter y el origen, no ca– bía pues culpar a los americanos de haber aceptado tratos con los france– ses ya que América acreditó su lealtad política a la península frente a la usurpación napoleónica, se pregunta entonces: "¿Cuáles fueron pues los motivos de la desunión de esas provincias, y la causa de no conformarse a seguir en la obediencia de los Gobiernos provisionales de España? Ese exceso de amor a su legítimo Soberano y los recelos de que éstos lexos de representar al Monarca, trataban solo de allanar el camino al usurpa– dor. Los procedimientos de las principales corporaciones de la Penínsu– la, las proclamas y providencias de la Regencia, los debates y decisiones de las Cortes, y las escandalozas doctrinas que circulaban sin embarazo, apoyaban esa desconfianza, y disculpan qualquiera equivocación" 25 • Otra prueba de lealtad de los americanos, según Baquíjano, se pre– senta cuando la Junta Central era discutida hasta por sus propios miem– bros, sin embargo fue reconocida en América y sus órdenes fueron cum– plidas; las desconfianzas se acentuaron y recrecieron cuando se dieron los decretos de disolución de la Junta y formación de la Regencia el 29 de enero de 1810. Esta se limitó a circular proclamas que estimulaban la independen– cia, las Cortes atizaron el incendio "por sus impolíticos y arbitrarios de- '24. Joseph Baquíjano y Carrillo. "Plan del estado de las Provincias de América". En La Causa de la Emancipación del Perú. Lima, Publicaciones del Instituto Riva-Agüero, NQ 26, 1960, p. 174. 25. Art. Cit. pp. 184-185.

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