Junín y Ayacucho

Sirvió trece años en las guerras de América. Al fin la suerte lo llevó al. Estado Oriental, a campos del Río Negro. En los atardeceres pensaría que para él había florecido esa rosa: la encarnada batalla de Junín, el instante infinito en que las lanzas se tocaron, la orden que movió la batalla, la derrota inicial, y entre los fragores · (no menos brusca para él que para la tropa) su voz gritando a los peruanos que arremetieran, la luz, el ímpetu y la fatalidad de la carga, el furioso laberinto de los ejércitos, la batalla de lanzas en la que no retumbó un solo tiro, el godo que atravesó con el hierro, la victoria, la felicidad, la fatiga, un principio de sueño, y la gente muriendo entre los pantanos, . y Bolívar pronunciando palabras sin duda históricas y el sol ya occidental y el recuperado sabor del agua y del vino, y aquel muerto sin cara porque la pisó y borró la batalla... (JORGE LUIS BORGES, Página para recordar al coronel Suárez, vencedor en junín). 3

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