La campaña de Junín y Ayacucho
140 GRAL. EP FELIPE DE LA BARRA dial del Libertador. Ahora bien, los elementos indispensables a es– te efecto no podía hallarlos por el momento en el país, estando obli– gado, por lo tanto, a buscarlos en el exterior; de esta suerte, poco después de su llegada al Perú y luego que apreció de por sí la situa– ción, se dirigió a los gobiernos de Colombia, Chile y Buenos Aires, y aun a los de Centro América y México, pidiéndoles tropas, ele– mentos bélicos y dinero. Para obtener estos auxilios exageró el po– derío español e hizo creer que la situación del Perú era peor que en realidad, o bien la pintó con más franco optimismo, como lo hi– zo con el agente financiero en Londres, a fin de lograr la colocación de un empréstito. Lamentablemente, sus gestiones sólo hallaron eco en Colom– bia, que envió varios contingentes de tropas, entre los meses de enero y julio de 1824, aunque con desagrado, porque el vice-presi– dente Santander no era partidario de las actividades de Bolívar fuera de la Gran Colombia. En cuanto a Chile, permaneció sordo; las Provincias Argentinas procedieron con igual indiferencia. La tarea relativa a la organización del ejército comenzó real– mente desde el momento en que Riva Agüero desapareció del es– cenario político y cuando las tropas que obedecían a éste recono– cieron el nuevo gobierno. El Libertador se reservó el cargo de Director de la Guerra. Desde este alto puesto dirige, vigila, prepara e interviene en todo lo concerniente a la formación del ejército patriota y a la prepara– ción de la campaña, desplegando en tal labor energía y actividad incansables. Las medidas que dicta se refieren no sólo a la organi– zación sino a la instrucción de las tropas, en vista de las operacio– nes que debían efectuar en los Andes; asegura sus necesidades ma– teriales ; organiza maestranzas para el arreglo o reparación del ar– mamento, y talleres para la confección de vestuario y equipo; dis– pone la construcción de depósitos de víveres y ordena la requisición del ganado necesario para remontar la caballería, así como la de reses para atender al servicio de subsistencias. El 13 de febrero Sucre recibió nombramiento de Comandante en Jefe del Ejército. Procediendo de este modo, a fines de abril el ejército puede presentarse con una fuerza respetable y al comenzar el mes de ma– yo su efectivo asciende a 10,000 hombres, en buen pie de discipli– na y con organización regular, que se hallaban en condiciones de salir a campaña.
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