La campaña de Junín y Ayacucho
158 GRAL. EP FELIPE DE LA BARRA obligados a desembocar por el estrecho pasaje ya citado, lo que impondría lentitud a su formación de combate; piensa, pues, en sacar ventaja de esta circunstancia desfavorable para el enemigo y en consecuencia, toma rápidamente un dispositivo de carga con cuatro escuadrones en batalla y los dos restantes en segundo es– calón, tras las alas. Estos últimos escuadrones estaban destinados a desbordar los flancos del dispositivo patriota, debiendo, además, servir de reserva, según expresa el parte oficial de Canterac. En tal dispositivo, tomado cuando se encontraba todavía a dis– tancia considerable del punto por donde desembocaban los patrio– tas (2000 metros), se lanzó a la carga para impedir que estos últi– mos traspusieran el mal paso. Los patriotas, mientras tanto, sólo habían logrado formar en batalla los dos escuadrones de Granaderos de Colombia que reci– bieron el primer choque enristrando a pie firme sus largas lanzas, siendo acuchillados y arrojados en desorden sobre los escuadrones restantes recién formados en batalla, que trataban de llegar a la lína formada por los dos primeros y que trabajosamente desembo– caban a la pampa. El Regim:iento Húsares del Perú, que formaba la cola de la co– lumna, había recibido orden del propio Bolívar -según versión que da Miller- de cargar contra el flanco derecho del dispositivo rea– lista. Dos de sus escuadrones conducidos por el propio Miller, in– tentan realizar este movimiento, pero la impetuosa carga de Can– terac y el hecho de haberse empantanado no les da tiempo, y son asimismo arrollados y luego perseguidos. En este momento, hacia las 5 de la tarde, la situación que cie– rra la primera fase del combate, es la siguiente : Una parte de las fuerzas realistas persigue a Miller mientras que la otra persigue a los escuadrones patriotas restantes, mezcla– dos y en confusión, excepto el de Suárez que permanecía a pie fir– me porque no se hallaba sobre el eje del ataque y no había sido alcanzado por el desorden del repliegue. En esta situación se produce un golpe teatral que abre la segunda fase de la acción. El escuadrón de Suárez que debido a las dificultades del te– rreno, ya indicadas, no pudo seguir inmediatamente a los otros, se encontraba en la pampa en batalla. La situación de esta tropa era excepcional, pues quedaba exactamente a retaguardia de los grupos realistas de persecución.
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