La campaña de Junín y Ayacucho
CAMPAÑAS DE JUNÍN Y AYACUCHO 1824 163 reconocimiento preliminar del terreno; verdad que la presencia de un adversario que huye autoriza todas las audacias, pero este im– prudente paso, como se ha visto, pudo acarrear grandes males sin la afortunada y no prevista intervención del primer escuadrón de Húsares del Perú que, por causas ajenas a la voluntad de su je– fe, no participó en la acción con los dos escuadrones restantes de la caballería del Perú. 4<?-Los patriotas incurren en la misma falta de los realistas al no conservar una reserva y es fácil deducir lo que hubiera ocurri– do sin la, por todos conceptos, feliz iniciativa del jefe del primer escuadrón de Húsares del Perú que fue quien, en suma, dio a las armas patriotas la tan sonada victoria de Junín. RETIRADA DE CANTERAC El golpe recibido en Junín infundió tal pavor o desaliento en Canterac que en la misma noche del 6 emprendió una precipitada retirada, no ya con el fin de regresar a sus acantonamientos de Jauja, como había sido su propósito anterior, o tratar de hacer frente a los patriotas en el valle de Jauja, sino de poner la mayor distancia posible entre su ejército y el del enemigo. Es así como el día 7 alcanzó Jauja y el 8 Huayucachi, habien– do cubierto en estos días, casi sin descanso, la considerable distan– cia de 160 km. Desde este último lugar se dirigió al Virrey hacién– dole conocer el desastre de su caballería y pidiéndole, angustiosa– mente, que Valdez acudiese en su auxilio. En su parte, le expresa– ba que proseguía su retirada como si el enemigo lo hostilizara, pero sin señalar el límite de ésta, ni tampoco manifestar ninguna idea de resistencia. Habiendo descansado sólo una noche en Huayucachi, el 11 al– canzó Huando y luego Izcuchaca, cuyo puente hizo volar; continuó después por Acobamba y Huanta, llegando a Huamanga el 22. En este lugar tampoco se detuvo, pues continuó hasta trasponer el Pampas, donde al fin hizo tomar aliento a sus tropas. Las consecuencias de esta precipitada retirada tenían, por fuer– za, que serle funestas. Bagajes perdidos o abandonados, rezagados que iban jalonado el camino y desertores en alarmante número,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx