La campaña de Junín y Ayacucho
180 GRAL. EP FELIPE DE LA BARRA La noche puso término a la acción. Ella significó para los pa– triotas la pérdida de 200 hombres, todo su parque y una de las dos piezas de artillería de que disponían. La sorpresa de Matará fue, pues, un serio descalabro -como lo califica Miller- y "pudo ser fatal sin la bien dirigida resisten– cia que los independientes mostraron en el mencionado choque" ( 126) y sin la tenacidad del batallón Vargas, a órdenes de su co– mandante Trinidad Morán, que sostuvo su actitud, después del pri– mer efecto de sorpresa, hasta llegar al otro lado de la quebrada. "Esta fue una de las operaciones más brillantes y más hermo– sas que se podía ver" ( 127 ). CONSIDERACIONES SOBRE LA CONDUCCION ESTRATEGICA DE AMBOS EJERCITOS Las operaciones que realizaron los patriotas en seguimiento de las tropas de Canterac después de la batalla de Junín, que fue– ron conducidas desatentadamente y sin plan alguno, no encuentran justificación desde el punto de vista militar. La persecución del enemigo debe llevarse a fondo, según principios bien conocidos; su ejecución tiene por fin abordarlo para aniquilarlo y no ocupar el territorio exclusivamente, dejando al enemigo que se reorganice y que gane sus bases, con positiva desventaja para el perseguidor que, en una ofensiva prolongada, alarga su línea de comunicacio– nes debilitándose en grado sumo y dando lugar a que se restablez. ca el equilibrio, o que se rompa a favor del perseguido, en un mo– mento dado. La marcha de la caballería patriota, a una jornada detrás de su propia infantería, pone en evidencia, por otra parte, que la intención de Bolívar no era alcanzar al enemigo sino pasear en triunfo por el territorio que le cedían los realistas desmoraliza– dos; la entrada a Huamanga de las vanguardias independientes, efectuada dos días después de la salida de Canterac, demuestra que éste pudo ser alcanzado fácilmente. Después de Junín y du– rante la marcha hasta Challhuanca, primer paso efectivo hacia la batalla de Ayacucho, hay que hacer notar, pues, la falta de una enérgica y vigorosa persecución. No es la marcha sobre las hue- (126) Memorias del General García Camba. • Pág. 241. (127) O'Connor. • Independencia Americana. - Pág. 135. __ ,L
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