La campaña de Junín y Ayacucho
186 GRAL. EP FELIPE DE LA BARRA largo desfiladero, pasando un momento crítico pues su ejército, sin cobertura alguna, se presentó de flanco ante el d@ los patrio– tas cuyo jefe, al decir de García Camba, "o se apercibió tarde de las ventajas de su posición o no calculó, como debía, la situación de los realistas" ( 131 ). En realidad, Sucre se dio perfecta cuenta de la conveniencia de asestar al Virrey un golpe semejante al que los patriotas habían recibido en Matará, por lo que se adelantó en compañía de La Mar con el fin de efectuar un reconocimiento ; "pero, esta operación les ocupó tanto tiempo que consideraron era ya demasiado tarde para atacar a los realistas" 032). El Virrey por su parte, enmendó su falsa situación enviando a la división Valdez, a última hora, para que cubriera el movimiento. Desde Huamanguilla La Serna envió destacamentos a Marca y Mayoc, así como a otros pasajes importantes para inutilizarlos, cortando los puentes y poniendo obstáculos en los desfiladeros. Esta misión fue confiada al coronel Claver, quien, al mismo tiem– po, fue encargado de fomentar la insurrección de los naturales de Huanta y de las regiones vecinas. ( 133) El día 8, el Virrey ordenó que las tropas a sus órdenes hicie– ran un nuevo desplazamiento para instalarse en las faldas Oeste del cerro Condorcunca, donde tomó posición. De este lugar hizo algunos disparos de artillería sobre el campo de los patriotas, res– pondiéndole éstos con la única pieza que les había quedado des– pués de la sorpresa de Matará. Como los realistas adelantaran algunas guerrillas, Sucre orde– nó el despliegue de un batallón patriota para que les hiciera frente. ( 131) Memorias del general García Camba. - Pág. 293. (132) Memorias de Miller. - Pág. 170. ( 133) Memorias del general Garcia Camba. - Pág. 296. NOTA: La pampa era conocida por los aborígenes con el nombre de Aya– cucho, que en kechua quiere decir Rincón de Muertos, de aya muerto y cu– cho, rincón; debía esta denominación a la matanza que de sus enemigos hi– cieron en ella los guerreros de Cápac Yupanqui, hijo y general de Pachacú– tec Inca, lanzados por éste a la conquista del Chinchaysuyu. Tan sugestivo nombre y el hecho de haberse realizado en ella, la bata– lla que selló la independencia del Perú y de Hispano América, decidieron a Bolívar a dar el nombre de Ayacucho, por decreto dictatorial de 15 de fe– brero de 1825, a la ciudad de Huamanga, denominada así por los españoles que suavizaron por corrupción la palabra kechua huamanccaca, que signifi– ca roca de halcones. Este mismo decreto creaba el departamento de Ayacu– cho, no debiendo conservar el nombre de Huamanga sino la provincia don– de se encontraba la ciudad.
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