La campaña de Junín y Ayacucho

198 GRAL. EP FELIPE DE LA BARRA MARCHA DE HUAMANGA AL CUZCO A pesar de las dudas que Sucre abrigaba sobre la mejor manera de cumplir la misión que se le había encomendado, juzgó convenien– te iniciar el cumplimiento de ella para extender la dominación de los libertadores en el territorio peruano y ordenó, en consecuencia, que el Ejército vencedor en Ayacucho emprendiera marcha al Sur. El primer escalón de marcha lo formaría la División Peruana encargada, por enfermedad de La Mar, al general Miller y después, accidentalmente, al coronel O'Connor. Tras estas tropas debían se– guir las dos divisiones colombianas que Bolívar había ordenado economizar. Para guarnecer la región donde se habían realizado las últimas operaciones militares, Sucre dispuso que quedaran en ella el bata– llón colombiano Vargas y los Húsares de Colombia, así como los 80 Granaderos de los Andes de los que el Mariscal de Ayacucho que– ría deshacerse, tal como lo indica en su carta de 23 de diciembre al Ministro de Guera ( 150 ). En Huancavelica quedaron, asimismo, cerca de 200 hombres. La División Peruana debía ser precedida por el Batallón N'? 1 del Perú, que Sucre encargó a Gamarra, norp.brado Prefecto del Departamento del Cuzco, de reciente creación, de donde este gene– ral era oriundo. El Batallón N'? 1 dejó Huamanga el 12 de diciem– bre, tres días después de la memorable batalla de Ayacucho. El 14 de diciembre emprendieron marcha las demás tropas de la División Peruana; el 18 partió la División Colombiana del gene– ral Córdova y el 20 la del general Lara, ejecutando el Ejército In- 050) ..."Este cuerpo no sirve para nada y su disolución está reclama– da por la· justicia y la disciplina. No lo quiero para nada en el Ejército y menos si hay que trabajar en el Alto Perú, donde sólo serviría de estorbo" ... Sucre al Ministro de Guerra en Lima, fecha en Andahuaylas. - Doc. rela– tivos a la "Creación de Bolivia", por Vicente Lecuna. - Pág. 33. Parece que el colombianismo de Sucre y el deseo de halagar al Liberta,. dor, que participaba exageradamente del mismo sentimiento, le hacía produ– cirse en esta forma. Esta misma desconsideración por las tropas no colombianas fue causa de que La Mar se declarara enfermo después de Ayacucho. En fin, era explicable que Sucre no quisiera tener tropas argentinas en el seno del Ejército cuando emprendía operaciones hacia el Alto Perú, sec– ción territorial sobre cuyo dominio podían alegar fundados derechos las Provincias Argentinas.

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