La campaña de Junín y Ayacucho
CAMPAÑAS DE JUNÍN Y AYACUCHO 1824 13 INSTRUCCION, ESTADO MORAL, DISCIPLINA Las tropas argentinas y chilenas poseían una buena instrucción teniendo, sobre todo, la práctica de la vida de campaña, pues en su mayor parte habían combatido o participado en las diversas operaciones realizadas bajo San Martín, como las dos expediciones de Arenales al interior, la de Miller a puertos intermedios, la de Ica (Macacona) y otras de menor importancia. Ya sea por el fue– go, por las enfermedades o deserciones, muchas de esas unidades habían sufrido considerables bajas, las que eran cubiertas por re– clutas peruanos. De las tropas· peruanas eran las mejor instruidas los cuerpos de infantería de la Legión. Los batallones Nos. 2 y 4 ( antiguos Tru– jillo y Piura) habían combatido brillantemente en Pichincha, pero en la fecha a que nos referimos disponían de muchos reclutas por la necesidad que hubo de sacarles personal antiguo para el encua– dramiento de las unidades de reciente formación. El Nº 3 había combatido en Macacona, pero también en esta fecha la mayor par– te de su personal estaba formado por reclutas. Pero si las tropas poseían una instrucción más o menos buena, la moral y disciplina, en cambio, pasaban por una aguda crisis, lo que resentía naturalmente aquélla; crisis agravada por tener su origen en los cuadros superiores y que fue pasando por fases su– cesivas. Los primeros indicios aparecen en el rompimiento de San Martín con Lord Cochrane, en que la actitud de éste echa por tie– rra la poca moral de la marina, lo que a su vez se refleja en el ejército; luego por la conspiración tramada por un grupo de altos jefes argentinos, para separar del mando a San Martín, dando co– mo pretexto que las operaciones militares las conducía en forma desacertada. Aunque esta conspiración no llegó a estallar por de– nuncia del coronel colombiano Tomás Heres, jefe del batallón Nu– mancia, no obstante ser uno de los conjurados, ella se traslució al ejército obrando como es natural en la moral de los oficiales (8). Estando formado el Ejército patriota por elementos de diver– sas nacionalidades, existía un marcado antagonismo, que destruia (8) San Martín con ocasión de su renuncia y retiro voluntario del Perú, dijo al general Guido, ministro de guerra: "Para sostener la disciplina del Ejército tendría que fusila r a algunos jefes".- Guido R e~irada; cit. por Mitre en la Hist. San Martín, tom. :=;, pág. 688.
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