La campaña de Junín y Ayacucho

CAMPAÑAS DE JUNÍN Y AYACUCHO 1824 23 to, mucho más cuando debe obrar independientemente, como en este caso, cuales son iniciativa, sentido de responsabilidad, ener– gía y decisión. Dejándose llevar simplemente por un afán patriótico de con– tribuir al logro de la independencia, tanto que casi intimó a la Junta Gubernativa para que resolviese la partida de su ejército ( 14 ), se apresuró en salir a campaña sin asegurarse previamente de la participación del Ejército del Centro; no midiendo, en con– secuencia, la situación en que podía quedar si el adversario era dueño de su libertad para poder maniobrar por líneas interiores. Su Jefe de Estado Mayor, el coronel Pinto, no se hallaba a la altura de este cargo ni por sus conocimientos ni por la lealtad y adhesión que debía haber guardado a su general; dedicándose mas bien a criticar tanto los actos del gobierno como los de Alvarado, en largas misivas que dirigía al gobierno de Chile. Pinto había ejercido anteriormente el mando del Batallón Ne:> 5 de Chile. Por lo que respecta a los jefes divisionarios, Martínez, el anti– guo comandante del Batallón N'? 8 de la División de los Andes, no const.ituia ninguna esperanza; y en cuanto a Cruz, que antes de ser nombrado comandante de la división chilena había desempeñado el cargo de Director General de Marina del Callao, pasó de Arica a Chile con una misión de Alvarado, por lo que no actuó en la campaña. TRANSPORTE DEL CALLAO A ARICA El Ejército del Sur se embarcó en el Callao y salió de este puer– to entre el 10 y 17 de octubre (1822), habiéndose señalado Arica como punto general de reunión para los diversos convoyes. La navegación fue larga y penosa, produciéndose muchas ba– jas a causa de una epidemia que se desarrolló en uno de los trans– portes. El buque que conducía al Batallón N'? 2 -en el cual nave– gaba también Alvarado- tocó en !quique para desembarcar este cuerpo, el cual debía seguir hasta 'I\l.rapacá con el fin de comple– tar sus efectivos, ocupar este valle y ulteriormente entrar en enla– ce con el cuerpo de guerrilleros de Lanza. (14) "Desde el jefe hasta el último soldado no aspiran sino a mar– char y buscar al enemigo por el sur" -decía Alvarado arrogantemente a la Junta.- Comunicación cit. por Mirte en la Hist. San Martín, tomo 4Q, pág. 19.- En Arica, sin embargo, el general piensa de distinto modo.

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