La campaña de Junín y Ayacucho

24 GRAL. EP FELIPE DE LA BARRA Entre el 11 de noviembre y el 3 de diciembre, todos los trans– portes estuvieron reunidos en Arica donde se efectuó el desembar– co. El 9, el ejército avanzó hasta el valle de Lluta en el cual Alva– rado eligió el estacionamiento, pero luego lo modificó retrocedien– do al valle vecino de Azapa. TEATRO DE OPERACIONES Conforme al plan de San Martín, las operaciones se realiza– rían en el vasto territorio comprendido entre el valle del Mantaro, parte central del Perú, y el departamento de Potosí en el Alto Pe– rú, extendiéndose por el O. hasta las costas de Arequipa-Tarapacá. Según esto y teniendo en cuenta las instrucciones dadas por él mis– mo al general Alvarado, de las que haremos mención en su opor– tunidad, habría un teatro principal y dos secundarios. El princi– pal señalado por las provincias de la región del S., y los secunda– rios por el valle del Mantaro y el Alto Perú, respectivamente. Se– gún el curso favorable de las operaciones en el teatro del S., éstas se trasladarían ulteriormente al Alto Perú. Pero a causa de la no participación del Ejército del Centro ni del cuerpo argentino por la frontera de Salta, las operaciones sóio se llevan a cabo en la región de Tacna-Moquegua, la que, por estas causas, viene a constituir el único teatro. Esta región es la que se extiende entre el valle de Moquegua y el valle de Tacna, y está limitada al E. por las vertientes de la cor– dillera de los Andes y al O. por el mar; presentando, en consecuen– cia, dos zonas de aspecto diferente como son la Costa y la Sierra. La primera es un desierto de más de 150 kilómetros de largo, en unas partes arenoso y en otros pedregoso, con frecuentes escar– paduras y dunas de arena pero que está cortado, a distancias que varían de 40 a 70 kilómetros, por ríos que bajan de la cordillera y corren sensiblemente en la dirección general NE.-SO. El caudal de estos ríos varía con la estación dominante en los Andes, pero es de un modo general escaso ; algunos no llegan a desembocar al mar, pues sus aguas se pierden por evaporación o las absorben las capas arenosas del suelo. Los valles que forman estos cursos de agua son estrechos y con poco espacio para los cultivos, los cuales desaparecen completamente en algunas partes. Con todo, consti– tuyen lugares de recursos y donde se alzan los pueblos y caseríos.

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