La campaña libertadora de Junín y Ayacucho
LA CAMPAf<A LIBERTADORA DE JUNIN Y AYACUCHO 103 seda y unas espuelas de plata que por lo menos valdrían sus dos onzas: nada le quité y él, tan mezquino que a mi trato tan con– siderado como el que no hubiese esperado en circunstancias tales, tampoco me regaló nada. Por éste mi comportamiento el único que me regaló mil qui– nientos pesos en Bolivia fue el General Sucre, diciéndome: "Que esa suma me la daba no por compensación de lo que había apri– sionado al Virrey porque esta acción no tendría precio, sino porque era demostración suya a mi sagaz comportamiento para con éste". Esto es cuanto ocurrió con dicho Virrey La Serna en el re– ferido campo de Ayacucho y con los referidos señores generales Córdova y Sucre en él y después de él; y lo que expongo como verdad de lo que aconteció. Su affmo. y antiguo camarada Pantaleón Barahona
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