La campaña libertadora de Junín y Ayacucho
LA CAMPA1'1A LIBERTADORA DE JUNIN. Y AYACUCHO 23 de hombres que debía proporcionar cada región. Así, a Trujillo le correspondió 300 reclutas; a Lambayeque, 876; a Piura, 1,104; a Ca– jamarca y Chota, 1,560; a Huamachuco, 960; a Pataz, 324; y a Cha– chapoyas 624. En total unos 5,500 hombres, muchos de los cuales pasaron a formar parte de los batallones colombianos (4). Con la intención de acostumbrar a los soldados a marchas fati– gosas y a los abruptos caminos de la sierra, Bolívar dispuso que se hicieran caminatas de diez leguas diarias. El 9 de Febrero, "hizo fu– silar en Churín al soldado Manuel Aguirre por haber abandonado la~ filas". "A los ladrones del camino se les hacía rezar un credo y se les pegaba cuatro tiros. El desertor tenía que ser reemplazado por su hermano, primo o deudo, y por falta de parientes, por dos de su pueblo. El vestido y el armamento del desertor los pagaba la familia o el vecindario, a prorrata fijada por el juez del lugar" (5). Por aquellos días, el Libertador le escribió a La Mar: " ...pero necesitamos, querido general, hacernos sordos al clamor de todo el mundo; porque la guerra se alimenta del despotismo, y no se hace por el amor de Dios, no ahorre Ud. nada por hacer, despliegue Ud. su carácter terrible, inexorable. Discipline Ud. la fuerza de su mando, así de caballería como de infantería". "... cada pueblo, cada hombre sirve para alguna cosa: pongamos todo en acción para defender a este Perú hasta con los dientes. En fín, que una paja no quede inútil en toda la extensión del territorio libre" (6). En Trujillo, Bolívar se dedicó a extraer todo lo que pudiese ser– vir al ejército. Las iglesias fueron saquadas, dejándose ·sólo lo fun– damental para la celebración del culto. Todos los cueros, bayetas, metales, ropa, grano y demás víveres fueron tomados manu mili– tari, dejándo a muchos en la miseria. Se realizaron allanamientos ' nocturnos, a fín de sorprender a los habitantes mientras dormían, para impedirles que ocultasen sus bienes. (4) Rubén Vargas Ugarte. Historia General del Perú. Tomo VI. Cap. XII. Pág. 333. (5) Nemesio Vargas. Historia del Perú Independiente. Tomo II. Cap. XXIV. Pág. 193. (6) Vicente Lecuna. Cartas del Libertador. Volumen I. Pág. 911 y s.
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