La campaña libertadora de Junín y Ayacucho

• LA CAMPA&A LIBERTADORA DE JUNIN Y AYACUCHO 25 de imaginarse Bolívar que esta mal montada caballería peruana se– ría el factor determinante de la victoria de Junín. Bolívar elevó los derechos de aduana y de las mercaderías. Re– primió duramente el contrabando. Los sueldos sin servicios fueron reducidos a la mitad. Organizó las rentas y mejoró notablemente la extracción del oro y la plata. Organizó, asimismo, la Corte Suprema de Trujillo y la Contaduría Mayor .Provisional. Elevó a Cangallo al rango de ciudad y exoneró de gravámenes por diez años a los pueblos quemados por los realistas. José Faustino Sánchez Ca– rrión, fue puesto a la cabeza de la Secretaría General, que era un organismo que agrupaba a los tres ministerios de aquella época. Desde los primeros meses de 1824, el Libertador procuró ob– tener los fondos necesarios para la manutención del ejército. El 18 de Febrero, se decretó una contribución general de los pueblos de la intendencia de Trujillo, con la finalidad de reunir 300,000 pesos para la caja militar, y cien mil pesos mensuales para los otros gastos del ejército. Indudablemente, la Iglesia fue la más afectada en este aspecto. "Las sumas que se recabaron no fueron pequeñas. Unos cuan– tos datos bastarán a demostrarlo. De la provincia de Chota extra– jo el coronel José María Egúsquiza, 3,200 marcos de plata, 73 onzas de oro, 3 onzas de perlas y algunos diamantes. Regulando cada marco a 8 pesos, ]a plata sola produjo 25,600 pesos y si a ello se añade el valor del oro y de las piedras, la suma total pasaba de 30,000. De una sola iglesia de Trujillo se sacó en plata labrad~ y oro 20,000 pesos. De las iglesias de Piura: la Matriz, el Carmen, la Mer– ced y Belén, en tres requisas sucesivas, se sacó cuanto había de algún valor y sólo la plata produjo más de 22,000 pesos, sin contar los castellanos de oro y la pedrería. En la razón que el gobernador Checa envió a Trujillo el 28 de Febrero de 1824, se anotaron las cantidades que suministraron las iglesias de la provincia hasta aque– la fecha y sólo Catacaos <lió 277 marcos, Sechura, 116; y Colán, 306. A los curas de esta jurisdicción se impusieron varios cupos: en 1823 los curas de Catacaos, Huancabamba, Ayabaca y Piura tuvie– ron que contribuir con 500 ·pesos cada uno y el de Chalaco con 300. En 1824 los curas de Piura erogaron 5,775 pesos. Por todo lo dicho

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