La campaña libertadora de Junín y Ayacucho

70 HUGO PEREYRA PLASENCIA dova hizo que sus compañías se replegaran nuevamente hacia sus líneas. Algunos realistas creyeron que la maniobra había servido para proteger una supuesta retirada patriota. Aquella misma noche, un destacamento peruano ocupó una casita ubicada en el sector izquierdo del campo. La batalla de Ayacucho (Jueves, 9 de Diciembre de 1824) Empezaban a extender-se lentamente las primeras luces de la alborada, cuando las trompetas de ambos ejércitos dejaron oír sus acostumbrados toques mañaneros. Eran como un saludo al Sol, que se levantaba majestuoso por entre las rugosidadés de aquel hermoso paisaje cordillerano. La frígida noche había trans– currido por fin; y los soldados, estimulados por la claridad del ambiente, iniciaron sus preparativos para el inminente combate. Se efectuaron algunos fuegos de artillería y de tiradores, es– pecialmente en el sector realista, ya que la pólvora escaseaba ·en el campo insurgente. · A las ocho de la mañana, descendió el general Monet, "perso– naje fornido, bizarro, de barba acanelada", acompañado por uno de sus ayudantes. Tuvo una breve entrevista con Córdova, con quien acordó una reunión entre los familiares y amigos de uno y otro bando. Unos treinta patriotas traspusieron entonces la línea neutral, en donde los aguardaban un número tanto mayor cte realistas. Cuenta López (quien fue uno de los testigos de la escena), que a un grupo donde él estaba, se acercó el brigadier Antonio Tur, pidiéndoles que se sirviesen llamar a su hermano Vicente, quien ostentaba el grado de teniente coronel en el Ejér– cito Unido. Cuando hubo arribado el referido oficial y se iba a

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