La campaña libertadora de Junín y Ayacucho

i6 HUGO PEREYRA PLASENCIA 80 argentinos, haciendo un total de 5,780 hombres (ateniéndonos a la palabra de Sucre). Los realistas contaban con una cantidad superior de soldados, muy difícil de precisar. La mayoría de los historiadores que han estudiado este epi– sodio de nuestra historia, coinciden en afirmar que el número ·de realistas ascendía a 9,310 hombres. Sin embargo, el general Val– dés, en su exposición al Rey, consigna 5,876 infantes y 1,030 de caballería, es decir, un total de 6,906 hombres que defendieron aquel día el pabellón de Castilla. Esta cifra, notablemente más baja que la anterior, no deja de ser un tanto plausible, porque es sabido que las enfermedades y las deserciones estaban a la orden del día en el campo realista. De todos modos, no existe duda de que en Ayacucho los rea– listas tenían alguna ventaja sobre los patriotas (ver documento N? 1). Era grande la tensión y el nerviosismo en los instantes pre– vios a la bataila. De este nerviosismo parecían haberse contagia– do aún los caballos, que piafaban inquietos, como si presintieran importantes sucesos. El estado de ánimo que dominaba a la tro– pa era de gran espectatíva y excitación. Los contínuos movimien– tos de los jefes de los diferentes cuerpos y las músicas, acom– pañadas del clásico y marcial redoble de tambores, hacían a esta escena aún más impresionante. El bravo y joven general Sucre, vestía levita azul cerrada, con botones dorados y sombrero apuntado, a la usanza de aquella época. Montado gallardament~ sobre un fogoso corcel, recorría la línea en toda su extensión, arengando a los soldados quienes, llenos de orgullo y de fervor patriótico, prorrumpían en estruen– dosos vivas al Libertador y a las repúblicas del Perú y Colombia. El entonces teniente Juan Antonio Pezet, que asistió a la ba– talla como integrante de la Legión Peruana, nos relata que, al acercarse Sucre a la división de La Mar, pronunció las siguientes proclamas:

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