La campaña libertadora de Junín y Ayacucho

84 HUGO PEREYRA PLASENCIA do y un poco inclinado hacia adelante, traía un sombrero de ala ancha de pelo de vicuña, una levita basta cenicienta, unos botines altos de pelo. Cuando llegó más inmediato, sus penetrantes ojos chispeaban y animaban un rostro tostado por la inclemencia del tiempo, pero suml:l,mente interesante, y antes que Sucre tuviese tiem– po de presentarlo corrió al frente algunos pasos y abrazó a Miller diciéndole: "Conozco quien es V. Yo soy Valdés. V. y yo debemos ser amigos" (73). La Capitulación de Ayacucho. Este documento fue firmado en Huamanga, el día 11 de Diciem• bre (aunque en éste aparezca la fecha 9), entre el Teniente General don José Canterac, "encargado del mando superior del Perú", y Sucre como General en Jefe del Ejército Unido. El célebre convenio consta de 18 artículos, acordándose la en– trega de todas las guarniciones realistas hasta el Desaguadero, con todos los pertrechos de guerra existentes. Los castillos del Callao se devolverían de la misma manera en un plazo de veinte días. To– dos los prisioneros serían puestos inmediatamente en libertad, mien– tras que los heridos, recibirían la atención médica necesaria. Se res– petarían las propiedades de los españoles ausentes, encargándose además el gobierno peruano de costear el valor de los pasajes a aque– llos que desearan retornar. Los que decidieran quedarse, serían ad– mitidos en sus mismos empleos y con el sueldo de siempre. Asimis– mo, el Estado reconocería la deuda contraída por el gobierno es– pañol en el Perú, reservándose el Congreso de la República el fallo al respecto. (Ver Documento N? 3). "Más que la capitulación de un ejército en derrota --escribe Vargas Ugarte- se diría que es un tratado entre potencias iguales". En efecto. nunca se mostró Sucre tan noble y longánimo como en aquella ocasión. Pudo imponer a los derrotados una entrega in- (73) Miller. Memorias. Tomo II. Pág. 185 y s.

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