La campaña libertadora de Junín y Ayacucho
94 HUGO PEREYRA PLASENCIA "Soldados: Habeis dado la libertad a la América Meridional, y una cuarta parte del mundo es el monumento de vuestra gloria, ¿Dónde no habeís vencido?. La América del Sur está cubierta de los trofeos de vuestro valor; pero Ayacucho, semejante al Chimborazo, levanta su cabe– za erguida sobre todos. Soldados: Colombia os debe la gloria que nuevamente le daís, el Perú vida, libertad y paz. La Plata y Chile también os son deudo– res de inmensas ventajas. La buena causa: la causa de los derechos del hombre, ha ganado con vuestras armas su terrible contienda contra los opresores. Contemplad, pues, el bien que habeis hecho a la humanidad con vul!stros heroicos sacrificios. Soldados: Recibid la ilimitada gratitud que os tributo a nom– bre del Perú. Yo os ofrezco igualmente, que sereis recompensados como mereceis, antes de volveros a vuestra hermosa patria. Mas ¡no! jamás sereis recompensados dignamente: vuestros servicios no tienen precio. Soldados peruanos: vuestra patria os contará siempre entre los primeros salvadores del Perú. Soldados colombianos: centenares de victorias alargan vues– tra vida hasta el término del mundo" (84). Esta fue la etapa culminante de la guerra, en la que Bolívar al– canzó definitivamente el pináculo de la fama. Era el final de su mag– na tarea emancipadora, que emprendiera muchos años atrás, y a la que dedicó los mejores años de su vida. Obra portentosa que costó sacrificios, privaciones, profunda dedicación y hasta lágrimas; y que nos debe servir para tener presente cada día la memoria de quien fuera el más genial de los hombres políticos hipanoamericanos. (84) Bolívar hizo una segunda proclama, la cual, dice Paz Soldán, fue dura– mente criticada por algunos periódicos de la época, por contener una áspera reprimida" a Chile, Buenos Aires y, en especial, al Perú. Ob. cit. Cap. XX. Pág. 287.
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