La carta a los españoles americanos y su repercusión en la independencia de Hispanoamérica
12 RAUL PALACIOS RODRIGUEZ por completo. Se advierte mayor interés y entusiasmo por el pampacol– quino y como consecuencia de ello la historiografía nacional cuenta, a la luz de nuevos datos, cada vez con estudios serios y profundos acerca de la vida y pensamiento del ilustre arequipeño. Cabe aquí resaltar el va– lioso aporte, no de ahora sino de años atrás, del jesuita peruano Rubén Vargas Ugarte. En efecto, conviene destacar su tenaz y paciente labor de investigador no sólo en el país sino en archivos y bibliotecas del ex– tranjero. Fue quien prácticamente inició en nuestro medio la exhumación biográfica de Viscardo y el que actualmente conoce más acerca de él. Es menester también destacar la contribución de otros historiadores y ensayistas nuestros, tales como Santiago Martínez, Francisco Mostajo, Félix Alvarez Brun, Jerónimo Alvarado, César Pacheco, Gustavo Verga– ra, César García Rosen y muchos otros. Entre los extranjeros moderna– mente sobresale el aporte del jesuita catalán Miguel Batllori. Con justi– cia se puede concluir, pues, que gracias al empeño común de estos his– toriadores y al esfuerzo decisivo de los biógrafos del General Miranda, el jesuita peruano ha sido sacado del olvido para ser considerado, en estos momentos, como un legítimo prohombre de la emancipación americana, aunque esta haya costado remover todo el "subsuelo documental de la Historia de América", en frase gráfica de Jerónimo Alvarado. El presente trabajo -sin pretensión de aportar novedad alguna ni agotar el tema en toda su amplitud- intenta presentar tan sólo los as– pectos más representativos de la vida de nuestro precursor, o si se quie– re, abordar críticamente los datos que ya conocemos; así como reafir– mar el profundo significado de la Carta como testimonio ideológico en el marco general de la independencia hispanoamericana. . Para tal efec– to hemos creído conveniente dividir el trabajo en dos Partes. La Primera Parte, que comprende un capítulo de varios parágrafos, aborda, prefe– rentemente, la vida de Juan Pablo tanto en el Perú como en el destie– rro. La Segunda Parte es mucho más amplia y abarca tres capítulos que estudian el documento viscardino desde diversas perspectivas. Por último presentamos como Apéndice varios documentos, que no obstante haber sido ya publicados, vale la pena su inclusión por la importancia que muestran. En cuanto a la bibliografía mayor problema no ha habido. El fa– cil acceso a ella ha simplificado nuestra tarea. Queremos en cambio sí dejar sentado que por la gran cantidad de documentos que contienen,
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