La carta a los españoles americanos y su repercusión en la independencia de Hispanoamérica
40 RAUL PALACIOS RODRIGUEZ 8. Su vocación separatista.- Si una frase bastara para definir a nuestro personaje esta sería la de Precursor Separatista. Es asombroso constatar que casi la mitad de su vida Viscardo la dedicó a lograr la libertad del Pe– rú y de su gran patria americana. Nadie antes que él escribió en forma amplia y resuelta pregonando a los cuatro vientos el derecho de Hispano– américa para independizarse del yugo español. Su Carta, en la que vehe– mentemente expone las quejas de los criollos contra la Metrópoli, fue escrita para cumplir precisamente ese cometido. Asimismo fue el pri– mer americano que gestionó el apoyo del gobierno inglés para la concre– tización de su ideal. Pero interesa dejar claro que la argumentación separatista del "Gran patricio de América", como lo califica Jerónimo Alvarado, responde a una fundamentación doctrinaria y filosófica antes que a la de cualquier otro tipo. De igual manera que su actuar fue más teórico que práctico, en el sentido de que no tuvo una intervención beligerante y directa en el campo de acción; aunque no dejó de ofrecer en una oportunidad su persona para comandar una expedición armada a América 53 • Viscardo, insistimos, descolló en el plano ideológico y en la actividad propagandis– ta más que en la acción guerrera; fue portador de una manera de pen– sar, de un ideal del cual él era, en ese momento, el más genuino vocero. 9. Muerte.- El deceso de nuestro compatriota coincide con su segun– do y último viaje a la ciudad londinense. Desafortunadamente muy po– co es lo que se conoce de esta segunda estancia en la capital inglesa. Sin embargo, los pocos datos de que disponemos nos revelan que llevó una vida por derr..ás triste y dura, aparte de la soledad que lo rodeaba. De seguro que la ausencia de su hermano José Anselmo se hacía sentir mucho. A todo esto debemos agregar el desengaño a que se vió some– tido por la incierta y cautelosa política inglesa al no dar pase a la reali– zación de sus proyectos separatistas. En esta situación fallece Juan Pablo a fines de febrero de 1798 po- co antes de cumplir los cincuenta años de edad. "Su ocaso vino a ser tan doloroso como lo había sido el curso de su vida. Se extinguía en Londres, probablemen– te en el mismo barrio de Soho que habitara en su prime- 53. Carta de Viscardo al cónsul J ohn Udny fechada en Massacarrara el 30 de se– tiembre de 1781. En: LA CAUSA DE LA EMANCIPACION DEL PERU... p. 124.
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