La carta a los españoles americanos y su repercusión en la independencia de Hispanoamérica

"CARTA A LOS ESPAROLES AMERICANOS" 53 Angel Grisanti cree que en 1806 se hizo, por acción nuevamente de Miranda, una edición en castellano y que fuera quemada en Caracas jun– to con el retrato del patriota venezolano y los proyectados emblemas pa– ra la Venezuela libre e independiente 15 • En 1808 William Burke, periodista inglés y gran amigo de Miranda, por insinuación de éste la publicó como Apéndice de unas reflexiones sobre la emancipación de América española. Constituye la primera edi– ción inglesa de la Carta. En 1809 el caraqueño entrega un resumen del folleto a The Edinburgh Review, T. XIII, nQ XXVI para su publicación. Se da una breve noticia biográfica de Viscardo. En 1810 el guayaquileño José María Antepara, a quien Miranda ha– bía conocido en Londres un año antes, la inserta en el primer capítulo de una colección sobre documentos de la 1.ndependencia sudamericana 16 • En el mismo año Walton Jun la reprodujo en una publicación editada en Londres. El padre Vargas cree que en este año el libelo se publicó en el Aviso al Público como adición al nQ 5 de fecha 8 de noviembre. La dirección estuvo a cargo del agustino Fr. Diego Padilla y se realizó en Santa Fé de Bogotá. En 1811, según la opinión de algunos historiadores, entre ellos Ricar– do Becerra, Miranda o tal vez la Sociedad Patriótica publicaron secreta– mente en la ciudad de Caracas una edición del documento viscardino; edición que tuvo una circulación muy limitada, no conociéndose actual– mente ningún ejemplar. En 1816, año muy importante para las actividades revolucionarias argentinas, se hace una publicación en la ciudad de Buenos Aires en la imprenta de la Independencia 17 • 15. Ni Vargas Ugarte ni Vergara Arias dan razón de esta edición. 16. Según Carlos A. Villanueva, Antepara no hizo sino prestar su nombre para publicar dicha relación correspondiéndole a Miranda la iniciativa y el esfuerzo que requirió. 17. Grisanti opina que si en esta edición Miranda no intervino en cuerpo, lo hi– zo en espíritu. Cree que en ninguna parte de América tuvo el caraqueño más acogida y partidarios, como en Buenos Aires.

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