La expedición libertadora

173 (96). Mendoza, 10 de septiembre de 1816. Señor don Tomás Godoy y Cruz. Mi amigo el más querido: Su última del 26 del pasado ha llenado mi corazón de la ma– yor amargura: si como usted me asegura está pronta la disolu– ción del congreso y ésta se verifica todo está perdido, por lo tanto mi resolución está tomada, pues cuando me propuse de– rramar mi sangre por los intereses de nuestra causa, fué en el concepto de hacer su defensa con honor y como un militar, pe– ro jamás me envolveré en la anarquía y desórdenes que son ne· cesarlos, y que deben manchar los párrafos de nuestra revolu.– ción. No hay remedio, mi amigo, el país se va á envolver en las mayores desgracias, con el doble sentimiento que los principa– les agentes de ellas sean los padres en quienes confiaron los pueblos, su fortuna y su honor, esto está demasiadamente co– nocido, y ahora se convencerá usted más y más de mis reflexio– nes acerca de lo imposible que yo creía fuésemos capaces de mandamos nosotros mismos; en fin, hagan ustedes los buenos cuantos esfuerzos quepan en lo humano para evitar tamaño mal, repitiendo á usted que si el congreso se deshace yo me voy en el momento á mendigar en cualquier otro país antes que ser testigo de su deshonor y suerte. Se ha sancionado por los diputados de la provincia nombra– dos al efecto, la cesión para el aumento del ejército de las dos terceras partes de los esclavos, esto le dará un aumento de bas– tante respeto: sólo la provincia de Cuyo es capaz de tales es– fuerzos. Marcha el estado que usted me pide y seguirá el otro de los donativos y gastos hechos desde la pérdida de Chile. Dentro de dos horas marcho al fuerte de San Carlos con el objeto de tener un parlamento general con los indios, en él me propongo que me franqueen el paso por sus tierras, como el que auxilien al ejército con lo que tengan pagándoseles á los pre– cios que se establezcan: veremos como salimos: yo creo que bien.

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