La expedición libertadora

407 awnenta su fuerza y piensa aproximarse al Bío-Bío en unión de los indios. Vuelva usted a Mendoza con salud y mande a su amigo eterno, O'Higgins. (234) Santiago, 20 de Noviembre de 1819. Señor don José de San Martín. Amigo amado: Siento en el alma no le hayan surtido mejor efecto los baños co– mo me lo anuncia su apreciable 9 del presente. Que mal hizo usted en no abrir los dos pliegos de Zañartu, debe usted abrir cuanto a mi venga dirigido: usted y yo somos una misma cosa y no cabe reserva entre dos que se han jurado ser amigos hasta la muerte. Aunque por otra parte no hubiera aprovechado cosa alguna en la apertura de dichos pliegos y al contrario anticipado la excitación que debe causarle la lectura de los tales infames papeles (que deben destinarse al desprecio) mandados por el Gobierno de Santa Fe a Za– ñartú en contestación al reclamo de don Marcos Balcarce, que como jefe perteneciente al Estado de Chile, reclamado por su diputado, creyendo efectivamente Zañartú ser Balcarce jefe del ejército de Chile, cuyos papeles hubiera entregado a las llamas a no pedírme– los usted, en la inteligencia que el del número 5 no lo ha visto aquí persona alguna sino yo ¡Qué imposturas! Parto de hombres los más execrables que por desgracia ha abortado la América. Pero la virtud siempre triunfa y es recompensada en su memoria hasta la inmortalidad. El vicio y la impostura confundidos con sus agen– tes y condenados por los buenos, a la eterna maldición de la pa– tria. Ya habrán llegado a usted el resultado malo de los cohetes en el Callao que según opinión de muchos, aunque todos hubieran

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