La expedición libertadora

90 América, nos presenta la proporción de muchos ahorros. Yo veré si traen la tripulación que se solicita y esté usted seguro, que haré los mayores esfuerzos sobre este objeto, y a pesar de que l risani me dice a nombre de mi Gobierno que ya no son necesarios por la salida de la escuadra y a pesar también de que este Gobierno me anuncia que su escasez no le permitía el deserr,bolso que exigía la empresa. Nuestro proyecto sobre el empréstito aun no se ha adelanta– do porque Aguirre que lo mueve estaba en la empresa de los marineros y tan empeñado que había abandonado sus asunt0s. Ahora le daremos nuevo impulso y avisaré el resultado i:egún nsted me encarga. Los bichos de Montevideo inquietan con papeles incendiarios: varios amigos hemos tomado el empeño de batirlos y la conside– ración de la ofensa que piensa hacer a la opinión de usted só1o era sobrado estimulante para que se esfuerce extraordinariamen– te su apasionado Q.B.S.M. Miguel Zañartú. -0- (346) Buenos Aires, 12 de noviembre de 1818. Señor don José de San Mar tín. Mi amado General: Ya tenía prontas las carretas que conducían marineros, cuan– do recibí un oficio de l risarri para que susp enda su envío como inútil. Soy hijo de obedíencia; y a pesar que este Gobierno me niega los recursos para su enganche, porque está apurado de di– nero, sin embargo yo con permiso de m i Gobierno lo habría faci– litado. Tenga usted la bondad de acordar con el Director sobre este asunto, y <ie avisarme decisivamente; en inteligencia que las fragatas no saldrán de aquí ni en tres meses, si es que van como deben, armadas. Adiós, mi General, que no tengo tiempo de extenderme por que es angustiado el término que me da el conductor . Su apasio– nado servidor Q.B.S.M. Miguel Zañartú.

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