La expedición libertadora
96 clamaciones del Virrey del Perú, y se le mandan tres fragatas y un navío". Pero la declaración que da el capitán de un buque apre– sado por la Unión, es que la gente destinada para Lima se desem– barcó, a consecuencia de haber llegado la Macedonia con correspon– dencia del Vin-ey del Perú, en la que se ponderaba nuestro poder marítimo y se detailaba los sucesos del convoy anterior. Acaso, cal– culando sobre el orgullo de los matuchos, no sería irracional inferir que ellos piensan de un viaje hacer dos mandados; es decir, desem– barca sus tropas en el Atlántico y mandar su escuadra al Pacífico. Cuánto celebrara aquí la actividad de un amigo que conozco para que les preparase alojamiento honroso a huéspedes tan respetables! No sé si he dicho a usted en mi anterior que mandé la Curacio al Pacífico el 14 del pasado. A esta fecha ya puede estar en Valpa– raíso, porque ha logrado buenos vientos. Ahora estoy trabajando en la otra, y espero remitirla pronto, cediendo, según aconseja nuestra situación, algo de mi derecho. Supongo a usted muy complacido con los sucesos de Chile. Qué sensible es cortar el curso de ellos! Ya veo a usted muy mejorado con estas noticias, porque su sa– lud sólo padece en la paz. Mande usted como guste a su sincero e invariable amigo. Miguel Zañarttí. -0- (352) Buenos Aires, 26 de junio de 1819. Mi estimado amigo y señor: He oído con el mayor pesar la desagradable nueva de que ha vuelto a usted últimame~te su antiguo ataque. La amistad y el egoísmo producen en mí este sentimiento y porque sin su salud no es fácil dar a nuestros negocios el movimiento celerísimo que demandan.
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