La expedición libertadora
101 Buenos Aires, 3 Febrero de 1819. (355) Señor don José de San Martín. Mi respetable amigo: Asombrará a usted con justicia el que hasta la fecha no haya zarpado de esta rada la fragata Curacio. Yo he suspendido mi comunicación con usted en dos correos, porque me avergonzaba anunciar en todos ellos la salida de dicho buque y que el suceso desmentía mis ofrecimientos. No es esta demora obra de mi sueño. Todos los días veo al gobierno en solicitud de auxilios: Todos los días se me prometen pero hasta ahora se realizan. Los extranjeros no han entrado por ofrecimiento alguno. Son los judíos más clásicos del globo. y han faltado a sus primeras pro· mesas, porque en aquel intermedio se negaron a este gobierno disculpándose con Ja falta de dinero, cuya excusa quieren aún hacer valer. Todo el mundo es Popayán, mi General. Este Ministro de Ha– cienda no es hombre del menor recurso. ¿No escandaliza ver esta– cionada inútilmente Ja fragata cuatro meses ha por falta de diez o doce mil pesos? Ya tiene a bordo su artillería, la mitad de la perteneciente a la otra, porque no puede llevar más: sus víveres que me han costado sudores, y sólo falta el dinero para el engan· che de la gente. Todo lo esperaba de Ford, pero a éste se le ha suprimido en la aduana el cargamento de su presa y ha carecido de fondos disponibles. No obstante esta circunstancia desgraciada él paulatinamente la ha puesto en el estado que he dicho antes y me ha ofrecido que aun sin auxilio del Gobierno saldrá antes de ocho días. Al cabo de tres meses he conseguido que el Ministro de Ha– cienda quite a los acreedores el pretexto que les servía para re– tener Ja otra fragata, poniendo a sus letras una aceptación con· dicional en estos términos: "aceptadas en cuanto sean conformes al artículo 13 a que se refieren pagaderas por el Ministro de Chile." Como ellos no tienen copia de este artículo ni aquél autoriza-
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