La expedición libertadora
130 Si por el contrario el resultado del ataque ha sido adverso, es de temer que el Virrey del Perú, para alejar la guerra de su terri– torio refuerce a Sánchez; y en este caso es de necesidad que por nuestro bien común, se quede aquí una parte de nuestro ejército. Mas yo me prometo que la escuadra haya tenido buen suceso; y en este caso, respecto a la disposición favorable que sabemos exis– te en los pueblos y la capital del Perú, aprovechando momentos tan preciosos pudiéramos entrar en las tierras del Virrey al mismo tiem– po que se apareciesen en esas playas la expedición española y po– ner en la precisisión de mandar al General La Serna que se retire, abandonando así los enemigos, unas provincias que proporcionarán a Buenos Aires infinitos recursos, de ese modo coadyuvaríamos a la defensa de ese Estado de una manera más eficaz que pasando el ejército la cordillera, expuesto a sufrir una gran decepción. Permítame V.E. que le observe que le han informado mal a V.E. cuando le han asegurado que "este país está alarmado con los celos por la sugestión de genios malignos contra la fuerza de esas provincias". Es verdad que algunos díscolos y mal contentos, de aquellos que se encuentran en todo país y bajo cualquier gobierno, han pro– curado excitar animosidades y disgustos entre ambos Estados; pero además de que su número es poco considerable, sus sugestiones no han sido jamás bien recibidas; y todos los hombres sensatos, los amantes de la causa conservan y conservarán siempre los mejores sentimientos a favor de sus hermanos los argentinos, convencidos de que nuestra unión y buena armonía son los únicos garantes de nuestra salvación. Me es muy sensible decir a V.E. que la circunstancia de estar actualmente en la campaña del sur nuestras pocas tropas de línea y de hallarse algún cuerpo incompleto, no permiten por ahora dar a ese Estado auxilio de tropas veteranas; pero sí se hará de reclutas. Yo, y todos los ciudadanos chilenos tomamos el más vivo in., terés en la suerte de ese país y siempre nos será muy grato con– tribuir a su defensa con cuantos auxilios podamos. La aflicción ha sido general en el momento en que se ha tras– cendido la noticia de la partida del ejército; lo cual prueba no sólo que todos ansían porque se verifique la expedición a Lima, como el único modo de asegurar ta libertad de ambos Estados sino que no se mirará a los individuos de ese con los celos que han hecho creer a V.E. He creído de mi deber, por el bien de esas provincias, por el
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