La expedición libertadora
164 OFICIO DEL GENERAL JOSE DE SAN MARTIN AL SECRE'J:ARIO DE ESTADO EN EL DEPARTAMENTO DE LA GUERRA, MATIAS DE IRIGOYEN, TRANSCRIBIENDOLE EL QUE RABIA RECIBI– DO DEL GENERAL EN JEFE SUSTITUTO, ANTONIO GONZA. LEZ BALCARCE CON REFERENCIA AL REPASO DE LA CORDI- LLERA POR EL EJERCITO DE LOS ANDES. (409) Mendoza, 4 de mayo de 1819. El señor General en Jefe sustituyente del ejército de los Andes, don Antonio González Balcarce, en nota de 27 del próximo pasado me dice lo que copio. "Excelentísimo señor: El 24 a las 10 de la mañana recibí el oficio de vuestra excelencia de fecha 21, para que dispusiese la marcha de los cuerpos del ejército que deben repasar la cordillera, en puntual cumplimiento de lo resuelto últimamente sobre este punto por su excelencia el Director Supremo. Las providencias que para realizar este movimiento pendían de mis facultades, se ex– pidieron con la prontitud que tanto recomienda vuestra excelencia; Y que la urgencia exigía por lo avanzado de la estación. Después ha sido indispensable dar tiempo a la reunión de los auxilios de las cabalgaduras que eran de absoluta precisión. Estos pendían de las disposiciones de los jueces territoriales, y no ha podido dejar de experimentarse la dilación que siempre se toca en semejantes casos. Hoy parten el batallón de cazadores número 1 y tres escua– drones del regimiento de granaderos a caballo, siendo estos cuer– pos los únicos que me ha sido posible mover, tanto por la escasez de recursos, como por dejar aquí la fuerza de dos mil hombres que la resolución superior designa. El otro escuadrón que falta para el completo de los regimientos, he creído de utilidad al ser– vicio no despacharlo, respecto a que en el ejército no queda nin– guna otra fuerza de su arma y contando con la base que consti– tuye, se podrá aumentar la que se estime necesario en el caso que se presenten circunstancias que así lo estime necesario en el caso que se presenten circunstancias que así lo exijan. Los dos cuerpos expresados acaban de regresar de la campaña del Sur. y han pade– cido en este viaje extraordinariamente por la escasez que han ex– perimentado de auxilios. De estas resultas, y con los anuncios que tuvieron de que venían a repasar la cordillera, sufrieron una deser– ción muy considerable, de donde dimana el estado tan incompleto
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