La expedición libertadora

175. paña de Chile y consecuentemente cumplido el término de su ser– vicio, desertarán y huirán declamando constantemente contra la engañosa oferta de V. E. y detestando para siempre el servicio más digno. He manifestado a V. E. la escasez de oficiales que pa– dece en razón de los que han quedado enfermos en Chile y que de la escasa fuerza que ha llegado más de ciento ochenta hombres se hallan enfermos en estos hospitales; ha presenciado su actual desnudez y no les es desconocida su desorganización por falta de clases inferiores, así es que creo inevitable su completa disloca– ción. Me lisonjeo al persuadirme es constante a V. E. el respeto que me han merecido sus determinaciones y el desprecio con que he mirado mis sacrificios personales para darles el lleno de sus objetos con proporción a mis alcances; pero para el cumplimien– to de ésta, dígnese atender las objeciones que propongo con la más debida subordinación; y con los mejores conocimientos que le asisten resuelva lo que estime por más conveniente. Dios guarde a V. E. muchos años. Mendoza, 9 de Mayo de 1819. Excelentísimo señor, Rudecindo Alvarado. Es copia. (415) Excelentísimo señor Capitán General don José de San Martín. Impuesto por el oficio de V. E. de la determinación del exce– lentísimo supremo director del Estado, para que el regimiento de mi interino mando siga su marcha a Tucumán, he creído de mi deber manifestar a la alta consideración de V. E. su estado y la im– posibilidad en que se encuentra de continuar por ahora en nuevas fatigas. V.E. sabe bien que el regimiento de Granaderos, desde la acción de Chacabuco, no ha conocido el descanso y que constante-

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