La expedición libertadora
197 y vengan unidos. No quiero demorar más esta urgente contesta– ción, repito a usted que cuanto haya aquí y pueda contribuir a la salvación del virtuoso pueblo de Buenos Aires, cuente usted con ello corno con su eterno amigo, B. O'Higgins. -o- (431) Excelentísimo señor: En el momento mismo en que el Diputado de los Provincias Unidas puso en mis manos el oficio de V. E. de 28 del mes pasado, hice comparecer al Almirante Lord Cochrane, que se halla en es– ta capital, para escuchar su dictamen sobre el proyecto pro– puesto por V. E. y después de una larga conferencia y del más detenido examen de los puntos sobre que versa el plan de V. E. a que se halló presente el mismo Diputado, se convino en que la realización en el día, lejos de favorecer a Buenos Aires le perju– dicaría como también a Chile y a la causa general. Para convencerse de esta verdad, basta que V. E . reflexione que en el momento que el Virrey del Perú supiese la dirección de nuestra escuadra enviaría a este país 6000 o más hombres, suficientes para impedir que las tropas de Buenos Aires y las de Chile diesen el menor auxilio a aquella ciudad invadida, y abandonada asimismo por el avance que hiciese el General La Serna. Por el contrario, saliendo nuestra escuadra para el Ca– llao, como saldrá dentro de ocho días, provista de todos los co– hetes necesarios, debe destruir al enemigo, de Jo cual responde Lord Cochrane con su cabeza, y verificado esto, queda el Virrey contínuamente amenazado con la dilatada extensión de las cos– tas del Perú, sin poderse exponer a alejar el ejército de La Serna, y nuestra escuadra estará en actitud de doblar el cabo y Ja tropa de auxiliar a Buenos Aires sin riesgo de éste país y con ventaja de aquél. A mayor abundamiento oficié posteriormente a Lord Cochra– ne sobre el mismo asunto, y ha reproducido por escrito lo que
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