La expedición libertadora

211 NUEVA INSISTENCIA DEL DIRECTOR SUPREMO DE LAS PRO– VINCIAS UNIDAS PARA QUE SAN MARTIN SE TRASLADE A BUENOS AIRES O ENVIE SUS TROPAS CON OTRO GENERAL SI SU SALUD NO LE PERMITE IR AL FRENTE DE ELLAS (444) Excelentísimo señor Oapillán General don José de San Martín. Por las copias que acompaño y otras comunicaciones que re– cibí por extraordinario, fuí instruído de las ocurrencias de Tucu– mán y consecuencias que de ellas debían temerse: no me resolví a deliberar en materia tan grave sin oir antes la voz suprema del Congreso nacional, a quien consulté con los documentos de su re– ferencia. Bajo el número 3 se incluye igualmente su contestación conforme a la que ordené inmediatamente al General del ejército auxiliar del Perú, que dejando en Córdoba la guarnición compe– tente a prevenir los males que indicaba, se pusiera inmediatamen– te con el resto de las tropas de su mando en marcha hacia esta provincia conforme al reiteradamente prevenido en el particular. Los riesgos que nuevamente asoman en esta provincia por la connivencia de ella y de la. de Córdoba con la de Tucumán en aquel triste suceso, dan mérito a igual medida y yo espero que po– niéndola V. E. en práctica con las fuerzas que al efecto considere oportuna, dispondrá sin pérdida de tiempo la rápida marcha de la restante disponible, en el concepto de que la salvación del país en crisis tan peligrosa, urge imperiosamente la celeridad de las ope– raciones de la presente campaña, cuyo buen suceso debe restablecer el buen orden y unidad de opinión en las provincias seducidas que incautamente conspiran a Ja ruina y disolución del Estado. Me e~ sensible decir a V. E . que el contexto de su nota 7 del que rige. me hace temer que por desgracia no se halle en aptitud de mar– char por no permitirlo su salud quebrantada, en cuyo evento con– sidero de necesidad y he resuelto que, tratando V.E. de su res– tablecimiento con el interés que ella exige, disponga que para no perder instantes en asunto de tan privilegiada importancia. encar– gue el mando y breve movimiento de esa división expedicionaria al Coronel don Rudecindo Alvarado o al de igual clase don Mariano Necochea, a quien recomendará con todo encarecimiento la ma– yor actividad y eficacia en el cumplimiento de esta providencia;

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