La expedición libertadora
216 OFICIO DEL GOBERNADOR DE CORDOBA AL DIRECTOR SU– PREMO HACIENDOLE CONOCER LA PROFUNDA ANARQUIA QUE DOMINABA A SU JURISDICCION. (446 ) Excelentísimo señor Director Supremo de la Nación. Excelentísimo señor: Después de Jo ocurrido en Tucumán el doce del mes que acaba, en que los oficiales de Jos piquetes de la guarnición depusieron al gobernador intendente don Feliciano de la Mota, y dueños de la fuerza, influyeron en el nombramiento de gobernador en Ja perso– na del Coronel mayor don Bernabé Aráoz, se ha mostrado con bas– tante evidencia el aspecto de la opinión de estos pueblos y prin– cipalmente el de Ja de esta provincia. Los anarquistas, con el nomb1·e de federales, habían tomado antes un carácter de animosi– dad muy notable, como tengo representado a V. E., sin que la inmediación del ejército auxiliador, haya sido bastante a imponer– les respeto, aunque sí, a contener las miras criminales. Mas des– pués del acontecimiento de Tucumán, Ja opinión del mal entendi– do federalismo, sus partidarios ponen en ejecución toda intriga y arbitrio para minar al gobierno, sin que baste el celo mas vigilan– te para contener unos designios que sólo esperan el momento para realizarse. No es Ja fuerza la que puede detener este torrente, sino mientras ella esté encima, porque todas las circunstancias lo favo– recen y porque la necesidad de sostener la fuerza en esta provin– cia aumenta el descontento, y la disposición de abrazar una mu– danza que siempre creen favorable por huir de las exacciones pre– sentes. Pero aun cuando la fuerza fuera el medio de evitar el sa– cudimiento de esta· provincia, que c1·eo indudable, yo me voy a quedar sin ella. El ejército auxiliar se pondrá en marcha dentro de seis u ocho días, sin dejar parte ninguna de sus tropas. No me queda más fuerza para coadyuvar al orden y Ja seguridad de este país, que el piquete de granaderos, arriesgadísimo a ser ganado con muy poco dinero, sin que sus oficiales puedan evitarlo, y que aún sin este peligro es insuficiente para frustrar un sacudimiento, que necesariamente debe esperarse, porque no contando, como no cuento. con las milicias de campaña para nada, en el instante que una división o una par tida de Santa Fe invada el territorio, como
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx