La expedición libertadora

241 a usted acompaño de nuestro Cruz. Por ellas, se han decidido los amigos a que se piense sobre la disposición de Talcahuano, con preferencia a cualesquiera otra empresa, fundándose para ésto en las reflexiones siguientes: l ? Que siendo lo que más nos interesa el destruir fas fuer– zas marítimas del enemigo, y teniendo seguridad de que están cinco buques armados en Talcahuano, que no son superiores a los que podemos presentar, conviene poner el mayor empeño en to– marlos o destruirlos cuanto antes sea posible, para que no com– pongan con otros una fuerza que nos sea irresistible; 2? Que el destinar nuestros buques a esperar en algún cru– cero la expedición enemiga que viene navegando, será muy casual que logren encontrarla, siendo además aventuradas sus resultas, porque se ignor.a, fuera de la fragata de guerra que la escolta si vie– nen armados los transportes. lo que parece fundado persuadirse; 3? Que si la citada expedición llega al puerto del Callao, que es lo más probable, contando los enemigos con las fuerzas marítimas y terrestres de Talcahuano, con un punto de desembar– co y las. . . para la subsistencia, podrán inmediatamente refor– zarlo y mantenerlo con seguridad, porque toda la marina que en este caso pueden reunir, no podrá ser contrarrestada con la nues– tra; 4? Que si logramos entrar en la ocupación de Talcahuano, aún cuando los enemigos sean después superiores en fuerzas na-. vales, no les será fácil invadir este país, porque faltándoles un punto de seguridad para el arribo de una grande expedición, que es lo que necesitarían, y siendo indispensable que en este caso se proporcionen con sus armas desde el momento de tomar tie– rra los auxilios de primera necesidad, queda el arbitrio de poder– los retirar y tomar otras medidas de defensa que les presenten muy difícil su conservación . Estas son las razones principales que se han tenido en con– sideración para resolver que lo más pronto posible se vaya por mar y tierra sobre Talcahuano. Los buques, se dice que estarán listos dentro de quince días y el ejército se preparará activamen– te con cuanta antelación sea dable, si me dan los vestuarios que han ofrecido para abrigar a los más empelotados. Las caballadas son las más escasas, pero se ha mandado desde hoy reunir hasta el número de trescientos caballos, que son los que he calculado absolutamente indispensables.

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