La expedición libertadora

245 sita para las expediciones del sur y ultramar; pero los auxilios· están tan escasos, que se trabaja muy lentamente. Pudieran to– carse algunos recursos: pero la opinión tiene poco valor y se ex– pone a que se aumente la disidencia. El asunto de Guido quedó enteramente cortado; no ha vuelto a tratarse de él, y se guarda Ja mayor unión y armonía. Empiezo a recibir aquí algunos reclutas, y se han repetido órdenes para el completo de cuantos batallones se encuentran fuera; si ésto se consigue, tendremos fuerza bastante para cuanto se necesite. No hay rumor de partido alguno que llame e1 más mínimo cuidado; todo está tranquilo, y deseamos todos los amigos ver a usted aquí cuanto antes, para ver si se da un empuje que nos li– berte de guerra y nos traiga siquiera por algún tiempo sociego. Santiago, 16 de septiembre de 1818. (464) Santiago, 16 de setiembre de 1818. Señor don José de San Martín. Mi amado amigo: El anuncio de la dimisión de usted nos ha puesto a todos marchitos. No podría sobrevenir un acontecimiento más fatal, en circunstancias en que considerábamos tan próxima su venida, y con ella vencidos cuantos obstáculos podían presenta rse para po– nernos en situación de dar un grande impulso a nuestras empre: sas. Yo creo que para contribuir a Ja suerte de la patria ningún sacrificio debe reservarse, al tiempo que este temperamento mm– ca será más nocivo que ése a los achaques de usted. No se nece– sha que venga usted a entrar en tareas e incomodidades; bastará sólo el que se halle usted aquí pa ra que los negocios tomen otra marcha muy distinta de la que llevan. Haga usted, m i amigo, un esfuerzo por el bien de una causa tan sagrada, estando seguro de que con su presencia se pondrá inmediatamente listo cuanto sea preciso. Cuando usted no pueda ir a otra parte, todos seguiremos

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx