La expedición libertadora

249 ineptos para poner a la cabeza de los mandos, en unas circuns– tancias en que debe creerse que esto ha estado en Ja más comple– ta anarquía, y que por Jo menos se necesita mucho tino para irlo organizando. Freire se encuentra en Concepción, le he ordenado que venga para que se haga cargo de la tropa que debe quedar y la distri– buya con satisfacción. Yo pienso hacer cuanto esfuerzo me sea posible para no deja1· un solo soldado de los Andes, aunque aquí se necesitan con precisión 300 hombres de batallón de línea, que podrían venir del regimiento de Freire. Los granaderos llevan una campafia demasiado dilatada, y en el día son asbolutamente inú– tiles por el estado de sus cabailos. También convendría que vinie– sen SO artilleros de los de Chile para cuatro piezas de montaña que pienso dejar. Yo creo que este país será eternamente desgraciado porque no veo arbitrio para encontrar hombres capaces de dirigirlo. En fin ellos quedan aquí solos y harán lo que les acomode. Estoy deseando descansar unos dias. En cuanto llegue Freire regresaré con todo lo que no habrá de quedar. Expresiones a to– dos los amigos, siendo de usted atentamente su Balcarce . --o- (468) Angeles, 15 de febrero de 1819 . Mi amado amigo: Ya voy en retirada. Dejamos todo en tranquilidad, pues los indios que me faltaba atraer a mi amistad, estuvieron en Naci– m.ento a mi partida y quedamos en que debíamos seguir en paz. Ahora se necesita organización y ordenar lo que corresponde al gobierno del país. Dejo aquí cuatro piezas de montaña a dispo– sición de Freire, con todo el parque y con piquete de artilleros de los Andes es la única tropa nuestra que queda. Los batallones nú– meros 1 y 3 de Chile han marchado a Concepción, y aquí manten– drá la guarnición Thompson hasta que el gobernador determine lo que quiera. Los granaderos y cazadores de los Andes llevan Ja orden de situarse los primeros en Quechereguas y los segundos en Talca de:

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