La expedición libertadora
251 cibido su carta, pero que no puedo contestarle porque estoy muy estropeado del camino de hoy. Se repite ele usted por su siempre afectísimo. Balcarce. -0- (470) Santiago, 1~ de marzo de 1819. Mi amado amigo: Ayer he llegado a esta capital de regreso de mi campaña, y dentro de un par de días, a más tardar, seguiré para Curimón. La carta de ustec,I de 18, escrita en Uspallata, la he recibido, y ninguna otra comunicación me ha llegado r elativa a su viaje . Por Guido estoy enterado de que me despachó por la posta u11 pliego de usted el cual me desencontró a la salida de Talca y si– guió para Concepción, de donde aun no ha regresado. Los cuerpos de los Andes se hallan en esta parte del Mault! debiendo por ahora situarse en San Fernando los cazadores de Alvarado, y los granaderos en Talca, porque los caballos no dan lugar a que puedan dar un paso adelante. Tenía pensado que és– tos se situasen en Quechereguas, para aprovechar los buenos pun– tos de sus potreros; pero aquella hacienda se halla ocupada con fuerzas de sus propietarios, y levantarían el grito sobre los per– jucicios que se les infiriesen, si se les exigiera que la desalojasen. Sin embargo de esta oposición, procuraré a la brevedad mayor reconcentrar todas nuestras fuerzas cuanto me sea posible, aun– que se debe estar en la inteligencia que no puede contarse con los granaderos para ningún movimiento pronto, por Ja suma escasez de caballos. Yo he padecido hoy lo que no puede explicarse para regresarme, por no tener en qué conducir la corta escolta que me acompañaba . La guerra ha quedado enteramente concluída en la provincia de Concepción, pues hasta 1os indios que incomodaban, quedaron todos en tranquilidad y amigos. No faltarán por algún tiempo sal– teadores y facinerosos de los que fomentaban los enemigos y han
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