La expedición libertadora
253 hasta ver si es necesario que ocurran a las urgencias de esa parte. De estos acontecimientos, es muy fundado esperar que, dada la situación actual del país, se registren muchos, y yo, sin poder de– jar de verme en mil comprometimientos, para desentenderme de todo, y manteniendo la reunión que se necesite. Los enemigos comunes ya no existen en este pueb"Jo, y por consiguiente tampoco tenemos un objeto determinado por qué mantenernos en él; consultando nuestros propios intereses, es pre– ciso, pues, resolver ganando instantes, si debemos o no ir a otra parte, o seguir la cordillera. La inquina con que se nos mira es demasiado marcada, así como difícil el mantenernos en un pie de respetabilidad. Los reemplazos de "las bajas y muchos recur– sos indispensables, no están en nuestras manos, y cada vez más se nos han de escurrir. Las novedades pueden ser por momentos muy grandes, y en la necesidad de tomar parte en ellas, estamos muy expuestos a desgracias que debemos evitar. Necochea marchará en cuanto se faciliten los auxilios que necesita; no sé lo que tardará en conseguirse. Usted conoce esta gente, y sabe bien que tienen la felicidad de que nada les quita el sueño. Mi salud se ha resentido bastante y tengo muchos sudores muy incómodos; deseo verme en tranquilidad para ver si logro restablecerme. Sea u¡;ted feliz en sus negociaciones, y regrese co– mo ha ofrecido, que es la única esperanza de mejorar la situación con que cuen tan sus amigos, y entre ellos muy particularmente su eternamente afectísimo. Balcarce. -0- (472) Curimón, 20 de marzo de 1819. Señor don José de San Martín. Mi amado amigo: Ayer recibí la ele usted del 9 y hoy parte D'Albe para ésa con todo 1o que corresponde al departamento de su cargo.
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