La expedición libertadora
280 principal. Antes de estas operaciones y cuando se estuviesen prac– ticando las de las provincias, debía colocarse una fuerza en el De– saguadero de esa misma tropa desembarcada, aumentada con las primeras remesas de gente; sublevar la Paz y entretener cualquier auxilio que pudiese venir del ejército real como vino cuando la sublevación del Cuzco. Aquí quedaba suspenso mi plan porque el avanzar el ejército en grueso para tomar esta capital era muy difí– cil por la sierra é imposible por la costa. Mas cuando estoy convencido de que nuestro Estado tiene fuerzas marítimas y puede poner una escuadra el golpe puede ser dado con la mayor seguridad y prontitud ocupando esta capital. El plan es sencillo y por sí mismo convincente. Cuatro o 6000 hom– bres desembarcarán por el puerto viejo de Pisco, de cuyo punto dará razón individual el compañero de B. Desembarcados suble– varán inmediatamente los negros de F"isco o de sus haciendas de las de lea, Chincha y Cañete de los cuales puede componerse una· fuerza de más de 6000 hombres que con oficiales y sargentos de nuestro ejército, y dispuestos en guerrillas de 50 o de a 100 y de a 200 no tratarán más que de estorbar los viveres por esta costa y por la de abajo transportándose a ese objeto 500 hombres de los nuestros y 1000 de los negros al puerto de la Barranca sin presen– tar de ninguna manera acción. En estos mismos momentos avan– zará nuestro ejército hasta colocarse en Lurín, como los de la cos– ta abajo hasta ponerse en igual inmediación. No se necesita más. Esta capital que recibe todos los días los víveres de afuera no po– drá permanecer un mes, si se le cortan como es fácil todas las entradas sin que se rinda, a cada hora se pasarán muchos y quizá de este modo no quedará uno en la ciudad porque es abierta sin embargo de sus murallas y la gente como llevo dicho es patriota. Los europeos mismos serán los primeros que formen la revolu– ción siempre que se les incite asegurándoseles sus personas y pro– piedades y que serán tratados según su mérito es la misma clase y grado que los americanos. Una proclama oportuna a este efecto hará más que el cañón y bayoneta. Pero si se resuelve el visir a dar una acción ya he demostrado que con la mejor facilidad será batido completísimamente. Resolución que espero no se tome por– que todos confían sinceramente en la fuerza que tienen a distan– cia y no tienen espíritu para ver la guerra en su país. Este fué el plan de Abascal y es el de Pezuela quien puedo asegurar que con sólo la noticia de un desembarco se pondría en fuga. Así conven– drá que tres o cuatro fragatas de guerra y bergantines, todos de
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx