La expedición libertadora
297 tropas de la patria. En el primer día del desembarco por Pisco, apenas podrán juntar quinientos hombres, esto es con esclavos y todo. Por Ancón, lo más que pueden oponer es al segundo día, algu– nas tropas que se remitan de Lima. El jefe de este puertecito es don Simón Rábago, y brigadier y general en jefe de la costa del norte. Su ejército grande se compone de veinte hombres, incluso él, su estado mayor, asistentes y criados. Ambos generales no pueden ser más limitados, ni tampoco más aborrecidos de cuantos tengan noticias de elios. Este último a brió la campaña recogiendo bueyes para su chac;ra. González estará negociando en codear caballos a los hacendados y aguardientes, etc. Debe no perderse de vista que en los cuerpos que componen el ejército o guarnición de Lima hay muchos patriotas: estos cuidarán de desordenar y aún tratarán de pasarse a los patriotas. Tampoco podrá el virrey contar siempre con cinco mil hombres, pues tiene que custodiar el Callao con fuerte guarnición, siempre que aparez– ca por allí la escuadra de la patria, y amenace con un desembarco falso por Bocanegra. El camino de Pisco a Lima es de canuaje, su terreno es algo arenoso pero bueno, siempre se camina a la orilla del mar. No hay riesgos de ríos ni más emboscada que los cañaverales de Chincha y Cañete. Todo el tránsito está poblado de haciendas y poblaciones competentes. Hay bastantes caballerías y muladas. Puede transitar el ejército a la vista de sus transportes, y reembarcarse adonde quiera. El puerto de Cerro Azul en Cañete, el de Chilca, y después, saliendo de Chilca hay un puer tecito legua y media antes de llegar a Lurín, que se llama el Jaguay, y en todos se puede hacer desem– barco sin riesgo ninguno de mar ni de enemigos. El camino de Lancón es bueno igualmente, en las inmediaciones del puerto es arenisco y después continúa un piso duro y llano. Todo el tránsito está sembrado. No tiene ríos caudalosos, y lo más particular es que ni en el tránsito de Pisco, ni en el corto de Lancón puede quitarse el agua ni hacer mayor daño. A la mitad del camino de Lancón a Lima hay una pampa o llano extendido que denominan Pampa de Comas. Allí podría el virrey hacer alguna resistencia por medio de su caballería, pero ésto puede frustrarse haciendo que el ejército se encamine por medio de las tierras sembradas y cercadas, cui– dando de venir desde Lancón lo más cerca que se pueda de la costa del mar hasta las inmediaciones del río de Lima. Con derribar algunas tapias todo está remediado.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx