La expedición libertadora
327 A 'los indios netos, aunque tienen un carácter abatido, se les conoce un deseo de figurar; gustan de que les den distinciones y empleos análogos a su clase; son honrados, laboriosos y muy pu– ros y fieles en materia de intereses; tienen mucha agilidad y ha– cen jornadas a pie por Jos cerros, que nosotros no podríamos ha– cerlas a caballo. El terreno exhala vapores de metales y ésto ocasiona el soro– che, opresión al pecho o cansancio que a nuestros soldados en– torpece Ja movilidad. de tal modo, que a dos o tres cuadras de mar– cha violenta les obliga a pararse para facilitar la respiración. El único remedio más conocido para esa incomodidad es acostum– brarse y connaturalizarse a 1as habitudes y temperamento del país. Hay mucha predisposición a insurrecionarse contra el gobier– no español, pero el modo más eficaz para inflamjarlos es por me– dio de las personas de influjo de sus propios pueb1os, que les ha– blen en su mismo idioma, aunque la parte directiva Ja tenga algu– no de Jos nuestros. Los indios decididos son muy constantes y valientes; no hay ilustración ninguna en esta clase, a pesar de que su aspiración es siempre a su independencia al poder español, pero guiados siem– pre de un espíritu monárquico que predomina en todo el Perú. El terreno es escaso de pastos y las bestias se mantienen a papa y cebada. Los víveres no faltarán haciendo método, a pesar de que el país no es abundante. DASM.- VII.- 78-88 (Este plan, que es un disparate metódico, debe haber sido comunicado a San Martín en 1818 o 1819, por alguno de sus agentes que hubiese resi· dido en el sur del Perú. Nota del general Mitre.)
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