La expedición libertadora
339 Los buques conductores de las tropas podrán mantenerse en Arica hasta tanto se juzgue necesario; pues nada casi queda enJ tonces que temer, teniendo presente la pequeña fuerza naval que tiene Lima y mucho menos si con pocos buques armados se bloquease al Callao y Pisco para no permitir salir del primer puerto a ninguno de los enemigos y hacer presa a los mercantes que acaso procedan de Cádiz, Panamá, Guayaquil, San Bias y California a donde ocurren últimamente por harinas y sebos. Quedará también cortado enteramente el tráfico de Chile y Valdivia y el de los aguardientes de Pisco que salen mucho pa– ra Lima y las provincias de Trujillo, Lambayeque, Payta. Gua– yaquil y Panamá. Estas costas serán guardadas hasta Tumbes con tres buques solamente y una poca fuerza será bastante pa– ra conseguir la unión de todas ellas a nuestra parte porque esfaJ es su voluntad y disposición. De suerte que con una sombra de bloqueo en el Callao y sin exponer los buques del Estado a más· que acciones seguras, se hará sentir a Lima todo clase de pri– vaciones mientras obra nuestro ejército en el interior, y unos ma– les de mucha consideración y trascendencia para Cádiz, Acapulco y San Bias, con respecto principalmente a las 200 mil cargas de cacao que se extraen de Guayaquil anualmente con otros impor– tantes artículos. Son muy interesantes los buques que llaman huaneros en los puertos de Intermedios, que los corsarios de este Estado con po– ca meditación y excediéndose de las disposiciones de gobierno, lo~ han concluído sin provecho. Debe tratarse de su nuevo estableci– miento, porque ellos sostienen aquellas provincias: de ellos se reciben noticias ventajosas y para casos de apuros son utilísimos sin gravamen: a más de que como los propietarios y la mayor par– te de aquellos naturales son patriotas, es sensible su perjuicio, que alguna vez tocaría en la desesperación y desmembramiento de su opinión a nuestra causa. Como a V.E. y al gobierno son de tanto interés las prontas comunicaciones de cuanto ocurra desde Panamá a Arica, es pre– ciso tener para esto dos o tres pequeños buques, sin más objeto. Ellos se dirigirán a donde convenga prontamente y con este arbi– trio serán en noticia V. E. los pormenores que hayan de saberse para que sirvan de regla segura en las determinaciones. He expuesto a V.E. lo principal de mi objeto. Me he limitado a relacionar sólo lo más útil, no obstante de que otras pequeñas co-
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