La expedición libertadora
356 inmedia tamente les sacaría a bayonetazos la plata sin admitir ex– cusa alguna. Pasó a los comerciantes y les dijo que admitía la pro– puesta que le habían hecho de continuar la cuota mensual para impedir el comercio con los ingleses: ésto asciende a 117.000 pesos al mes. Se exigió el mismo día al gremio de panaderos 50 mil pesos de contribución, etc., etc. Como el capitán de la Andromaca ha escrito a su gobierno avisando que este virrey 'le había fraguado el comercio a la Inglaterra, es indispensable que de Chile y Buenos Aires des– mientan esta falsedad, haciéndoles ver que mientras la América dependa de España no tienen que pensar en tener parte en este in– teresante comercio, etc. Queda pendiente la contribución de 20 por ciento sobre las fincas, tierras y demás propiedades, entendiéndose ésto además de las pensiones con que están gravados al presente. Igualmente queda sin resolver el proyecto de despojar los templos de la plata labrada y alhajas (esto quieren hacer los católicos) y lo mismo a todos los particulares, y las alhajas de brillantes, perlas, oro. etc., de las mujeres. Quedan del mismo modo otros proyectos de don Gaspar Rico, Abadía y otros españoles: tales con el de be– neficiar títulos de Castilla, cmces, toda clase de honores y otras paparruchas propias de estos malvados para engañar a los estú– pidos realistas. Entretanto los mandarines españoles se van apro– piando todas las rentas del Estado, de las enormes sumas de las forzadas contribuciones, y la van remitiendo a Inglaterra para te· ner allí a su disposición estos tesoros que por amor a Fernando y a la religión de Cristo han arrancado a los americanos leales, cristia– nos y a los que la desgracia de hallarse en este cautiverio les obli– ga a sufrir tantas violencias. Esos españoles que no respetan Ja ley de Dios, que desconocen los derechos del hombre en sociedad. que atacan las propiedades, son los mismos que se atreven a calumniar de irreligiosos a los americanos independientes. Lo que más interesa ahora es tomar el pailebot Aranza.zu que sale muy pronto para Valdivia conduciendo SO o 100.000 pesos; 2000 fusiles, armas blancas, pólvora y municiones para socorrer a Sánchez. Siguen con mucha actividad disciplinando las tropas, aumentando su número, y tomando toda clase de medidas para defenderse de la expedición del general San Martín. ¡Qué tardanza! dice el virrey que antes de ahorcarlo le ha de cortar las orejas y lo mismo al lord Cochrane, que parece no dejará de tocarle alguna insinuación de Pezue1a al comandante de la Andromaca, pues este necio piensa poder trans– tornar por sí el estado de nuestra gloriosa revolución, y hacer mu· dar Ja opinión que ésta se ha merecido en Londres y toda Europa. El virrey ha hecho venir al Callao a una multitud de barcos ingle-
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