La expedición libertadora
365 tranjero patece un arbitrio más r emoto, siendo el más próximo, más útil y más productivo a Ja real hacienda y al territorio. Desde el sitio eminente en que se ve y miramos al excelentísimo señor virrey del reino, ningún estímulo de gloria puede ofrecérsele que iguale al de contener las comisiones extranjeras y aterrar a los contrabandis– tas que nos están aniquilando con una audacia intrigante que a to– dos nos insulta. Con nuestro numerario nos venden, nos compran, nos oprimen, nos tienen medio esclavizados, y se acercan medio al tér– mino de esclavizarnos en Jo absoluto; les vemos sacar de nuestras casas reliquias de los ahorros de nuestros padres, representados en las vajillas, en las cucharas, en las espuelas o adornos de montura, y subrogar a nuestras brillantes láminas de plata, sus fútiles cuadros dorados a tisa: en una palabra, atropellando las leyes fundamentales más sagradas, conducen a sus naves nuestro alimento y nuestra quie– tud y sosiego público, y todavía no se dan ni los damos por conten– tos, todavía luchamos entre nosotros mismos por facilitarles la abre– viación de nuestro exterminio; en nuestras sesiones se ha propuesto y se han discutido con empeño un proyecto de comercio libre con los extranjeros, como arbitrio para redimir o disminuir nuestras ur– gentes necesidades. Comercio libre viene a ser palabra sin significado, porque no lo hubo ni lo puede haber entre diversas naciones civilizadas. Tra– tados de comercio y privilegios condicionales dígase que existen en daño nuestro, pues que no se respetan ni se cumplen los que nos fa– vorecen, pero en Ja sesión en que estamos conviene observar y saber que cada nación dispone cuanto puede en beneficio propio y en pre– caución del perjuicio que otras naciones pudieran causarle con su industria y tráfico; y si nosotros ponemos esta verdad en duda o abandonamos esta máxima, pereceremos irremisiblemente. En Ja co– lección alfabética de los aranceles de Ja Gran Bretaña y de la Francia, y en otros documentos más preciosos perteneciente a la nación espa– ñola se reconoce Ja distinción que han hecho los legisladores de Jos efectos y giros nacionales y extranjeros . . . Las prohibiciones continuas y las trabas de aduanas, rentas y otras disposicioues interiores manifiestan el modo con que siempre han procurado impedir, y molestar constantemente la introducción y despacho de mercancías extranjer as ... y es evidente que han puesto siem– pre en lograr los efectos, y mercancías que le son absolutamente necesarias en primera materia para aumentarle con su industria o fábrica, esto es, cambiándoles sitio y forma un valor de dos tantos, tres tantos, cuatro tantos, diez tantos y veinte tantos y
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