La expedición libertadora

399 saben por los más, aunque por lo solicitarios son de11conocidos, pero dará razón de ellos el oficial Robinson, mi amigo; y de este modo fijamente nos veremos con el buque, haciendo los tiros de señal claros que se puedan oir bien, pues ya lo he dicho, van sin riesgo. Duplico las señales que he advertido van en la carta me· nudamente por si ésta casualmente se confunda; y añado la espe– ra de tiempo aquí por mí y mi retiro a la costa pasado los cua– renta días para que sirva de gobierno y se mande con fijeza en este intermedio, o después, como hubiera de convenir a fin de que haya comunicación, que me parece es tan sumamente precisa. Con este motivo consigo, mis primeras satisfacciones y glo– rias, que son saludar a V.E., como que es el temblor y la única base de la libertad de las Américas todas; me preparo para lle– gar a ese día, que para mi ha de ser el único feliz de mi vida, y es el de ponerme a los pies de V.E. sin cuya ventura. todo para mí va a ser seguramente desdicha. Vuele, pues, V.E. a sacar de las mismas cadenas a la mejor porción de habitantes y paisanos de este lado de la América que lo esperan, y hace tiempo se han dis· puesto a recibirlo, adorándolo como a padre, señor y redentor nuestro. Dios guarde a V.E. muchos años para gloria de su patria. Capital de Lima, 2 de noviembre de 1819. Excelentísimo señor. El peruano que se llama desde hoy, José Pardo Prieto. (Campino y López Aldana). P. D. - Perdone V.E. escrito, forma y modo por el apuro y precepto ya dicho. DASM.- VII. -157/60

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