La expedición libertadora

421 &. Lo que prueba mi dicho es que la Peninsula jamás ha hecho mayores esfuerzos para vencer a Buenos Ayres que ahora que qui– zo expedicionar. ¿Y porqué ha podido hacer esto? ¿No es verdad que todo lo ejecutado con el tiempo que ha tenido, con el que há ido incubando de día en día mas y mas, para buscar arbitrios, que se ve ha podido lograrlos, consiguiendo buques del Norte, o ar– bitrios en que nosotros no pensábamos, al mismo tiempo que di– nero para expedicionar? La realidad de lo que es dejar todo al tiempo, se ve claramente con esto que ha sucedido y está suce– diendo; lo que debe servirnos de pauta para ordenar nuestros pa– sos y apresurarnos. Hace uno o cerca de dos años que vimos to– dos a España imposibilitada y pobre, no digo para expedicionar, pero ni aun para defenderse. Leimos cartas y papeles impresos que nos aseguraron que uno o dos corsarios nuestros se pasearon, y aun hicieron varias presas en frente del mísmo Cádiz; y este gran puerto no fué capaz de batirlos, y si lo hizo fué a los fines y con mil de miles de esfuerzos. ¿Y cómo pues esa misma Españá tan débil en ese tiempo, se vé que ha podido remitir, como en efec– to ha remitido cuatro navíos, contando con la Isabel, y pertrechos para el Perú, los que por que Dios solo quizo, y se tomó a cargo el defendernos de ellos [siendo esto tan claro que no es posible ocultarlo, ni dejarlo de conocer] hizo el que se despareciesen. me– diante lo cual nos vimos libres de que reunidos con estos refuer– zos, hubieran hecho un extrago incapaz de remediarlo? ¿Cómo ve– mos también que tienen tantos buques de guerra y caudales & . &. para expedicionar, con veinte y tantos mil hombres, a los es– tados de Buenos Aires? y pregunto; ¿Con qué es con lo que se há conseguido todo esto? No se vé que es con el tiempo que se le ha dado y que ha podido conseguir; y según esto ¿No se cae de su peso, que puede, jugando con el mismo tiempo, conseguir este Perú un repuesto que sea capaz de hacer titubear y temblar a nues– tro estado de Chile? ¿No se vió, no hace mucho, que en un solo momento pudo haberse alarmado con los tres y aun cuatro navíos. de modo que ya no podía, cuando no vencer, muy bien competir– nos; o por lo menos no permitir el que esto fuese ya libre? Y con todo esto ¿qué se aguarda? ¿A que si nó ha sucedido, puede aun todavía suceder? Luego es claro que el tiempo que se está dando, es el que hace causar estos desgraciados efectos, que pudieron haber hecho un gravísimo daño, y aun pueden todavía hacerlo, luego es preciso despertar del sueño en que nos hallamos profun– damente dormidos; y dejando cuanto hay de la mano corramos para quitarle el tiempo a la España; con lo que queden inútiles Y sin valor sus esfuerzos. ¿Y como se consigue ejecutar esto? Ha-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx