La expedición libertadora

429 nudas de buena fé, y sin conocimientos de todo para hablar y de– cidirse, por lo que a poco o nada se ven sus senos de malicia y fines torcidos, solo con el objeto de que la patria vacile, que se exponga, y que todo se pierda, si se le dá más tiempo con el que la España consiga sus planes que tiene formados, y que mejorará de día en día? Por lo que a mi toca, ni sé que nombre ponerle, ni menos el castigo que se debía de darle; porque era preciso para esto, pasar a hacer una discusión formal, del millón de millones de males en que se iba a enredar a la patria y de la extensión que podía tener cada uno, y esto no es calculable a mi pequefía razón. Al Estado toca esto, y el Estado como sabio calcularía y determi- naría. Hasta aquí he hablado señores, en un lenguaje tan puro co– mo sencillo, pero sí muy verdadero: ¡convencimientos tantos, que acaso incomoda! hechos recientes como notorios, datos incontras– tables, documentos fidedignos; en una palabra, la verdad desnu– da en mis pruebas, todo junto es lo que he querido resalte y jue– gue en este papel. ¡Aun no he comenzado, habiendo dicho que he acabado! ¡Qué desgracia no poder ír en persona a decirlo to– do, por ser imposible viajar! adelante; pues no hay posibilidad para hacerlo. (21) Volúmenes haría sin duda, si fuera a patentizar tantos, tan grandes como innumerables documentos y pruebas, que por for– tuna tiene en el día, mi patria o mi amado suelo para ser liberta– do. Y si mi bronca pluma, mi poco saber, mi inutilidad, mi im– pericia para todo, hace saltar según creo la necesidad que hay, de que en el día, en el mismo acto, en el propio momento se pongan manos a la obra, se envíe, se remita, se mande la expedición al Perú, o aunque sea el segundo número ¿qué no convencería, y con qué voz tan imperante no lo mandará, si hicieran ver los conven– cimientos, tantos hombres sabios de aquí que a mi manera, lle– nos de fuego por ver libre a esta parte de América con lo que to– do era libre, lo ejecutaran pero no lo ejecutan porque no hay un conducto seguro para que camine? ¡Qué trabajos no me cuesta; (de muchos diferentes que he hecho) el remitirlos y que de ellos, no he visto se pierden! Has ta este consuelo, que podía estar fran- (21) Son tantos los que desean emigrar en esta ciudad y de fuera, que sin abultar, si hubiera proporción de buque, o si el Estado contase algunos ingleses, se irían arriba de mil; entre estos, oficiales, grandes ta– lentos, decididos y principales; ¡ojalá se remitiesen buques con este des– tino, si tardára venir la expedición .

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