La expedición libertadora

436 graré ámbos pensamientos, consiguiendo de este modo el fruto de mis desvelos. De cualquiera suerte, no aspiro a otra cosa, ni mi ahinco es ni puede ser otro; que el ver redimida a esta Capital, con lo que se liberta todo el Perú y que se unan los tres Estados que quiero mirarios libres. Veo y al mismo tiempo conozco las muchas imperfecciones que tiene este y dicho papel. Su consideración me haría arrepen– tir de mandarlo, si la firmísima idea en que existo, de que son también dirigidos a dos grandes Generales de dos heroicas Na~ ciones (quienes dispensando sin duda lo mal formado y sus ye. rros, por poner su consideración tan solo en el espíritu que me inspiró hacerlo) no me dieran menos aliento para remitirlos. Y por lo mismo yo espero, hagan justicia al noble sentimiento que es la sola alma de ellos, concediéndome la indulgencia y otorga– miento de mis repetidos ruegos, que ejecuto a nombre de la por– ción más respetable de esta Capital y de todos los habitantes de esta parte de América. Dios guarde a V. E. muchos años para felicidad del Perú. Capital de Lima y Diciembre 20 de 1819. Excmos. S. S.- El Ciu– dadano de Lima. HPI.- 29-30.

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