La expedición libertadora

441 CARTA DE UN SACERDOTE EN EL PERU A su hermano en Jesucristo, don Cayetano Requena. (508) Mi amado compañero: No te turbe este título de honor, ni creas re lo tributa otro tú en tus sentimientos. Un hermano te habla, y sus palabras no pueden serte sospechosas, siendo derivadas de unos principios con que ambos hemos sido instituídos para ascender a la su– blime dignidad que sin mérito sostenemos. Si su lenguaje no tiene aquella fuerza superior que venciendo todos los obstácu– los, penetra hasta el corazón, no lo atribuyas, no, a falsedad, en sus expresiones, o sofismas en sus raciocinios; impútalo sí, a la poca destreza con que sabe manejar armas tan nobles, o bien a tu alma misma perturbada con las perniciosas ideas de una libertad que por mal entendida, ha sofocado en el!a la lla– ma sagrada de la verdad y de la religión. ¡Ah, si pudiera yd partir mi corazón en otras tantas letras, como he de emplear en esa carta! Entonces leerías un idioma que desconoces, y te con– vencerías de unas verdades que no has podido olvidar, sino que no quieres entender. Hermano, oye a tu hermano. Te llama al lado de su padre y del tuyo. Si una desgracia a que te llevó la miseria que no supiste vencer, te ha separado de tu familia, él te dice que no la sostengas creyéndola irremediable, sino que abjurándola de corazón, vuelvas como el pródigo a tus antiguos hogares, seguro 'de que hallarás en ellos la ternura paternal pronta a es trecharte en sus brazos, y de que darás a tu angus.: tiada familia un día de más placer, que los que pueden darle cuantas felicidades la regocijen. Leo tu carta publicada en la gaceta de 24 de noviembre, y aunque no podía negar Ja verdad de su origen, quise verla en el molde original, y descubrir la mano por la que había sido sembrada en nuestro suelo. Tenía yo cierta esperanza de poder desmentir a la faz de este público un crimen imputado a mi hermano, y presentarme a su vista sin aquella confusión que cubre el rostro del que ama ,al ver que todos maldicen el objeto de su amor. Más ¡ay, hermano de rr:i corazón! Yo he trabajado para mi dolor, y nada he logrado con las más escrupu losas in-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx