La expedición libertadora

458 a los reverendos obispos que los suspendan de sus funciones, nombrándoles vicarios o tenientes que ejerzan el ministerio pas– toral, y eligiendo para aquel cargo eclesiásticos de probidad no– toria, y cuya conducta no haya sido sospechosa". El artículo 9~ dice: "si hubiese algún prelado eclesiástico, de cualquiera clase y dignidad que sea, que se haya hecho sospechoso al gobierno por su conducta con los enemigos, le hará entender la regencia del reino, que se abstenga de ejercer las funciones de su ministe– rio hasta que se purifique, nombrando el mismo prelado Ja per~ sona o personas que haya de gobernar en su lugar, y dando cuen– ta al gobierno para que vea si éstas merecen su confianza". Como es de derecho, que Jo que se manda para un pueblo, se entiende mandado para todos los que se hallan en el mismo caso y circunstancias; creyó Abascal hallarse en éstas y aquel el ilus– trísimo obispo de Quito, y este pastor venerable, cargado de años, de virtud y ciencia, fué traído como reo a Lima, donde expiró!!! ¿Cómo, pues, olvidas este hecho y aquellas disposiciones para inculpar a Chile el que, por una medida de precaución, y por aho– rrar disgustos a su ilustrísimo obispo, le llevase (durante la gue-, rra) a vivir libre en Mendoza? Allí está de todos acatado, y tan contento que no ha querido ir a la capital de Buenos Aires, u otro punto de aquel Estado, con que lo invitó su gobierno: allí está usando de su ,pontúlcal, confirmando, ordenando, consagrando óleos y ejerciendo los actos jurisdiccionales sobre su diócesis por medio del virtuoso gobernador eclesiástico, que nombró: está. ausente en el cuerpo, presente en el espíritu: la distancia es física, no moral. Nada se le ha secuestrado ni confiscado, y tiene asig– nado cuatro mil pesos, quedando Jo demás de sus rentas (de que es sólo administrador) para Jos pobres, y por ahora aplicadas a la p iadosa obra de redimir la esclavitud política. El cabildo ecle– siástico no se ha variado: existen los mismos capitulares con tí– tulos refrendados por Ja república. Sé que uno está confinado, y tan libre como el obispo. Sólo dos curas han sido removidos de sus parroquias; por– que todos los demás aman su patria por sentimiento y principios; todos son como Jos que halló Morillo en la Nueva Granada, cuan– do en 7 de marzo de 1817 escribía desde Mompox al gabinete es– pañol: "ios habitantes no aguardan sino una ocasión de continuar sus designios criminales, especialmente los curas entre los cuales no se encuentra uno bueno" es decir; que todos allí eran y son patriotas. Son, cual se manifestarán todos los del Perú, a excep-

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