La expedición libertadora
470 nocida en su disposición no debe tener más parte que en el acto indivisible de la ejecución, y para este momento nunca se deben presentar dos caminos o salidas que si por accidente aparece un alma irresoluta, todo quedará perdido. Después de dar un golpe y antes que el enemigo salga de su primer estupor debe destruirse todo lo que pueda inspirar alarma o temor de un cambiamiento; 18? Como puede ser difícil y aun peligrosísimo que se eje– cutase una conmoción general antes de la llegada del ejército que la proteja, sería más útil y eficiente el que se preparasen conmo– ciones parciales distantes unas de otras para que reventasen en el momento de mi desembarco de manera que llegue entonces Ja multitud a persuadirse que en cualquiera de los puntos conmo– vidos o en el de mi desembarco conviene reunirse para dividir la atención del enemigo y batirlo en detalle si es posible, siendo en todo caso el cuerpo de mi ejército el punto de apoyo y protección. Así, pues, sería imprudentísimo el excitar un movimiento intem– pestivo, que por el aislamiento y falta de recursos. no sirviese, en último resultado, que para hacer al virrey más fuerte y avisado, y hacer perecer o inutilizar algún buen patriota, que pudiera ha– cer grandes servicios en otras circunstancias; l~ La multitud, y principalmente la esclavizada no puede ser movida sino magnificando sus temores o abriendo sus espe– ranzas. Lo primero puede hacerse fácilmente con la diestra expo– sición de los hechos más atroces que marcan la conducta de los españoles y que se reservan cometer si llegan a salir victoriosos en esta última lucha. Fero lo segundo exige gran tino y habilidad. No se debe hacer promesa que no se pueda o no se deba cumplir. El objeto de la revolución es el de la felicidad de todos: una re– pentina emancipación de Jos esclavos y un saqueo indistinto de las propiedades precipitarían el país en Ja más espantosa anarquía, de modo que aun Ja multitud misma y los esclavos serían vícti– mas de la disolución general. Así, pues, todos deben creer que serán gradualmente libres, gradualmente ricos, gradualmente feli– ces. Estas son ventajas que no han gozado ni gozarán eternamen– te bajo el gobierno español; y éstas son cabalmente las que faci– litará el gobierno del país formado por ellos mismos; 20? Entre las cosas más difíciles que ocurren en el ejercicio de una comisión como la presente no hay ciertamente ninguna más que la de saber cómo se debe manejar uno con los que se tienen por amigos, porque es más dificultoso saber qué es lo que se debe decir a los amigos. La dificultad se aumenta si están de
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